Necesario vigilar la actividad volcánica del Pico de Orizaba, Iztaccíhuatl y los Humeros

El doctor por la Universidad de Berkeley, precisó que un análisis de la actividad sísmica en diferentes niveles de profundidad del Tancítaro, muestra diversos enjambres sísmicos a lo largo de la cámara magmática.

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A pesar de que muchos de los volcanes de nuestro país se consideran “muertos”, en los últimos años se ha registrado actividad en algunos de ellos, por lo cual es necesario estarlos vigilando de manera constante, aseguró Román Álvarez, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM (IIMAS).

Detalló que esta alerta se debe a que el estratovolcán Tancítaro, se le considera muerto, pero no lo está, ha tenido erupciones considerables, y lo demuestra la actividad sísmica registrada en las últimas dos décadas.

El doctor por la Universidad de Berkeley, precisó que un análisis de la actividad sísmica en diferentes niveles de profundidad del Tancítaro, muestra diversos enjambres sísmicos a lo largo de la cámara magmática.

Recordó que el campo volcánico Michoacán-Guanajuato tiene alrededor de mil 400 estructuras volcánicas, de las cuales las más recientes son el Paricutín (1943) y el Jorullo (1759); se estima que la aparición de una nueva sucede aproximadamente cada 600 años.

Desde hace tiempo, se especula sobre el nacimiento de un nuevo volcán en las cercanías del Paricutín, sobre todo por la intensa actividad sísmica en la zona, lo cual muestra que hay inyecciones de material que provoca rompimiento de las rocas y emite sismos, lo que en términos generales indica la irrupción de materiales magmáticos de la corteza inferior.