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Pareciera que ya se ha dicho todo sobre la tragedia que vive Acapulco desde hace una semana, pero no.
Aún faltan por contar decenas de historias de quienes siguen desaparecidos y de quienes luchan por sobrevivir en condiciones precarias.
Desde la falta de alimentos, agua, luz, gas y comunicación, hasta servicios de salud, seguridad, remoción de escombros y reconstrucción, los acapulqueños se enfrentan al mayor desastre natural en su historia y al mayor desafío para ver brillar nuevamente al puerto que apenas en agosto pasado se había posicionado como uno de los destinos turísticos más importantes a nivel internacional al ganar por segundo año consecutivo el premio “Word Travel Awards”.
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Hace 8 días las imágenes de los drones comenzaban a retratar la dimensión del desastre que dejó el poderoso huracán Otis y sus vientos máximos sostenidos de 270 km/h con rachas de 330 km/k que golpearon con furia lo mismo a los grandes hoteles de Punta Diamante, que a las humildes viviendas de la colonia Progreso, Costa Azul, Colosio o Renacimiento, entre muchas otras.
“Hay un edificio en Caleta que se llama La Fortaleza que quedó como si estuviera en obra negra, todos los muebles y todos los habitantes de ahí, dicen, es lo que comenta la gente de por ahí, que salieron volando del edificio. Fue muy traumático ver la condición de los hoteles, todas las calles, la gente caminando, a veces parecían zombies que nada más iban caminando viendo hacia arriba”, compartió a MVS Noticias Erika Solís, habitante del Fraccionamiento Las Playas.
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De acuerdo con el Instituto de Geofísica de la UNAM, desde que se formó como Tormenta Tropical hasta que tocó tierra como huracán categoría 5, a Otis le bastaron 9 horas para destruir por completo Acapulco.
El lunes 23 de octubre a las 3:38 de la tarde, tiempo del centro de México, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos emitió la primera alerta temprana de huracán. El presidente López Obrador alertó a la población con un mensaje publicado en X el martes 24 de octubre a las 08:06 de la noche.
La incertudumbre de la reconstrucción
La cifra de fallecidos se incrementa día a día, al igual que la incertidumbre de quienes aún no encuentran a sus familiares desaparecidos. Hasta este miércoles se contabilizaban 46 muertos y 58 desaparecidos que son buscadas por 31 células.
El plan de reconstrucción de 20 puntos con una inversión de 61 mil 313 millones de pesos presentado ayer por el gobierno federal contempla entrega de recursos económicos, enseres domésticos, aumento de becas, créditos a la palabra, exención de impuestos, entre otros.
La responsabilidad de la Secretaría del Bienestar para censar a todos los habitantes de Acapulco es de dimensiones nunca antes vistas. De eso depende que la ayuda llegue a todos los que lo necesitan.
La desesperación y falta de atención que sufrieron durante los primeros días de la emergencia obligó a muchos habitantes de Acapulco a dejar lo poco que quedaba de sus hogares y salir a pie de sus comunidades suplicando por agua, alimento y un poco de señal en sus teléfonos para comunicarse con sus seres queridos. Algunos, aún no lo logran.
Los albergues han resultado insuficientes para atender no sólo a los damnificados, sino a quienes desde áreas rurales y colonias lejanas recurren a ellos en busca de un poco de sombra y agua para contrarrestar los efectos de los 32 grados centígrados que marca el termómetro en el puerto.
El olor a putrefacción comenzó a ser notorio a los 4 días del paso de Otis, a los 6 ya era casi insoportable en algunas zonas donde seguían expuestos los restos de animales muertos, mientras a un lado se veía correr ríos de gente detrás de camiones de la Marina repartiendo ayuda.
El temor de la noche
A 8 días de la tragedia, se siguen viendo escombros y basura por todos lados, muchas personas de las comunidades más apartadas siguen sin recibir víveres ni energía eléctrica.
De acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad, el suministro eléctrico se ha restablecido casi al 100 por ciento, los datos de la población son otros. Temen por su seguridad y ante la falta de presencia de elementos de las fuerzas armadas, se organizaron para hacer guardias nocturnas y construir barricadas. No permitirán, dicen, que les roben lo más valioso que les queda para sobrevivir en los próximos días: El agua.
“De verdad no dormimos pensando en por ejemplo los que tenemos tinacos de agua, nos van a robar el agua. Al rato van a querer saquear las casas, lo poquito que tenemos, se van a querer meter a robar lo poquito que tenemos para comer. Hay rumores que ya están entrando en algunas casas”, señalaron habitantes de la colonia Luis Donaldo Colosio mientras hacían fila para recibir una despensa y agua que llevó la Secretaría de Marina.
El renacer de Acapulco
Y ante la tragedia, la solidaridad. Desde los primeros días la sociedad mexicana se volcó en ayudar a Acapulco. Centros de Acopio comenzaron a organizarse prácticamente en todo el país e instituciones como la Cruz Roja Mexicana, encabezaron los esfuerzos por trasladar la ayuda lo más rápido posible.
Después de los primeros días de la emergencia, donde la falta de organización y mando era evidente, poco a poco ha comenzado a tomar forma. Elementos de las Secretarías de Marina y la Defensa trabajan en la medida de sus posibilidades lo mismo descargando ayuda de aviones que han podido aterrizar ya en el destruido Aeropuerto Internacional de Acapulco, que limpiando vialidades primarias y tratando de resguardar gasolinerías y lo poco que queda de centros comerciales y supermercados saqueados por completo.
Falta muchísimo para reconstruir Acapulco, pero a pesar de la adversidad, hay quienes tienen la certeza de que muy pronto renacerá y mejor aún, será una oportunidad para que gobierno, sociedad y empresarios, trabajen de la mano para hacer de este centro turístico un ejemplo de que ni el crimen organizado ni el huracán más devastador de la historia fueron más poderosos que el valor de su gente.
Así lo explicó un vecino de La Garita entrevistado mientras buscaba energía eléctrica para recargar su celular: “Aquí en La Costera ya empieza a abrirse, pero sí es muy triste y es importante que la gente del interior del país sepa que Acapulco es algo más que La Costera y que Acapulco está deshecho y que necesitamos que cuando estemos en condiciones, por favor nos visiten. Es lo mejor que pueden hacer”.