La controladora de tráfico aéreo y especialista en accidentes aeronáuticos, María Larriva Sahd, ha encendido las alarmas sobre una deficiencia crítica en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): la ausencia de un radar meteorológico funcional.
Esta carencia, sumada a la falta de mantenimiento y presupuesto, expone al aeropuerto a colapsos operativos y pone en riesgo la seguridad de las operaciones aéreas, especialmente ante condiciones climáticas adversas.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), vital para la conectividad del país, enfrenta desafíos significativos que van más allá de la saturación. Recientemente, María Larriva Sahd, en entrevista con Manuel López san Martín, puso de manifiesto una preocupante realidad: la falta de un radar meteorológico operativo. Esta deficiencia, según Larriva, no solo complica el trabajo de los controladores, sino que también eleva el riesgo de incidentes y paraliza las operaciones en momentos críticos.
Te podría interesar
AICM la peligrosa carencia: sin ojos ante la tormenta
Larriva Sahd, con la autoridad que le confiere su experiencia, fue contundente al señalar una de las principales vulnerabilidades del AICM. "No hay radar meteorológico en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México? No, no lo hay. Tiene mucho tiempo fuera de servicio", afirmó.
Esta declaración no es menor, pues un radar meteorológico es una herramienta indispensable para la previsión y gestión de fenómenos climáticos que pueden afectar la aviación.
Te podría interesar
¿Por qué es crucial un radar meteorológico?
La función principal de un radar meteorológico es detectar y monitorear la formación y el movimiento de tormentas, frentes fríos, lluvias intensas y otros fenómenos atmosféricos. Para los controladores de tráfico aéreo, esta información es vital.
Larriva explica la diferencia: "Eso no es lo mismo que si yo tengo un radar donde estoy viendo por dónde no puede él pasar. Yo puedo prever una alternativa para él". Sin esta tecnología, los controladores dependen exclusivamente de la información que les proporcionan los pilotos, lo que limita su capacidad de anticipación y planificación. "Entonces, yo dependo de la información que el piloto me dé. Y entonces eso me dificulta mi trabajo", subrayó.
Consecuencias de la carencia: desorganización y riesgo
La ausencia de un radar meteorológico se agrava cuando se combina con "pésimas condiciones meteorológicas", como las que a menudo afectan a la Ciudad de México. En estas situaciones, los aviones se desvían de sus corredores habituales, generando una desorganización en el espacio aéreo.
"Y entonces nosotros tenemos que extremar precauciones porque las aeronaves terminan en espacios aéreos donde regularmente no vuelan y de todos modos los tenemos que separar", detalló.
Esta situación no solo incrementa la carga de trabajo de los controladores, sino que también introduce un factor de riesgo adicional al tener aeronaves en zonas no previstas.
AICM: Problemas de infraestructura y presupuesto
La falta de radar meteorológico es solo una de las "muchísimas" deficiencias que, según Larriva, aquejan al AICM. La especialista también mencionó la escasez de controladores y la eliminación de puestos de asistente, lo que sobrecarga al personal existente.
"Necesitamos controladores, necesitamos infraestructura", enfatizó. La situación actual es el resultado de "muchos años de abandono del mantenimiento", lo que ha llevado a que la infraestructura del aeropuerto esté en un estado precario. Aunque se están realizando esfuerzos, Larriva advirtió que "estamos al cuarto para las 12 para el evento del año que entra", refiriéndose a la necesidad de una intervención profunda y duradera, no solo "una manita de gato para el mundial".
El AICM: Un aeropuerto indispensable en riesgo
La importancia del AICM es innegable. Larriva ilustra su relevancia al recordar que cuando el aeropuerto se cierra, "se llenan todos los aeropuertos de la República". La capacidad de 61 operaciones por hora que tenía antes de la pandemia es un objetivo a recuperar, pero para ello se requiere una inversión seria en infraestructura y personal. La situación actual, donde el aeropuerto "colapse cada vez que llueve fuerte", es insostenible y "preocupante", como bien señala la especialista.
