El 10 de septiembre de 2025, una explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, transformó la vida de decenas de familias. Entre las imágenes que conmovieron al país, destaca la de Alicia Matías Teodoro, una abuela de 49 años que protegió con su cuerpo a su nieta de dos años, salvando la vida de la menor a costa de su propia integridad.
Hoy, mientras Alicia lucha por su vida en el Hospital Magdalena de las Salinas, una red de solidaridad impulsada por artesanas de Oaxaca busca asegurar que su acto heroico no quede en el olvido y que reciba el apoyo necesario para su recuperación.
La historia de valentía: Alicia Matías y su nieta
Alicia Matías Teodoro, trabajadora y madre dedicada, se encontraba en su jornada laboral como despachadora en la base de camiones de Santa Martha cuando ocurrió la explosión. Como era habitual, llevaba consigo a su nieta Azuleth, de dos años, a quien cuidaba mientras su hija trabajaba.
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Testigos relataron que, al percibir el estruendo, Alicia reaccionó instantáneamente cubriendo a la pequeña con su cuerpo, absorbiendo el impacto de las llamas y la onda expansiva.
Las consecuencias para Alicia fueron devastadoras: sufrió quemaduras en el 90-98% de su cuerpo, según reportes médicos, y fue trasladada de emergencia al Hospital Magdalena de las Salinas, especializado en tratamiento de quemaduras.
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Su estado se mantiene crítico, con pérdida de memoria y confusión debido al shock traumático. Por su parte, Azuleth presentó quemaduras en aproximadamente el 60% de su cuerpo, principalmente en brazos, piernas y rostro, pero su condición es estable y sus lesiones son consideradas "reparables" gracias al sacrificio de su abuela.
Ante la magnitud de la tragedia, la organización Emprendedora de Sueños A.C., integrada por mujeres artesanas y bordadoras de Oaxaca, lanzó una campaña nacional para localizar a Alicia y su familia y brindarles apoyo económico y emocional.
En un comunicado, la agrupación destacó: "Con el cuerpo, con amor y con una valentía que estremece, esta abuela se convirtió en escudo humano para proteger a su pequeña indefensa nieta. Su imagen nos dejó temblando de asombro, miedo y admiración”.
La organización hizo un llamado a la ciudadanía: "No queremos quedarnos de brazos cruzados sin reconocer y darle el empujón que merece por ser el ser humano más valiente que hemos visto. No dejemos que este acto de valentía quede en el olvido”.
El rescate de Alicia y su nieta fue posible gracias a la intervención de un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuyo cuerpo de cámara registró parte del operativo. Las imágenes muestran a Alicia Matías, gravemente herida pero consciente, caminando junto a su nieta y el oficial, quien las trasladó en motocicleta hasta el hospital más cercano.
El oficial Sergio Ángel Soriano, quien participó en el rescate, relató: "En ese momento no lo pensé, pero sí me dolió cuando la sostuve y vi que era una bebé porque yo también tengo una bebé chiquita. La piel de la bebé se derretía, la tocabas y se te pegaba".
La historia de Alicia Matías Teodoro trasciende la tragedia: es un recordatorio del amor incondicional y la resiliencia humana. Mientras médicos luchan por su vida en el hospital, artesanas, vecinos y ciudadanos anónimos tejen una red de esperanza para que su sacrificio no sea en vano.