La reciente detención de 14 personas, entre ellas ex altos mandos de la Secretaría de Marina, destapó un esquema de contrabando de combustible conocido como huachicol fiscal, una práctica que, de acuerdo con especialistas, operaba desde hace años como un “secreto a voces” tolerado por autoridades mexicanas y estadounidenses.
En entrevista para MVS Noticias con Pamela Cerdeira, David Saucedo, consultor en seguridad pública, explicó que este delito no debe confundirse con el huachicol tradicional ligado al robo de ductos de Pemex. En este caso, se trata de gasolina adquirida en Estados Unidos que ingresaba a México sin pagar los impuestos correspondientes, un negocio multimillonario sostenido con redes de protección política, militar y policial.
¿Cómo operaba el huachicol fiscal?
El esquema fue descubierto por autoridades norteamericanas cuando rastreaban tanques cisterna utilizados en el tráfico de drogas. Durante esa investigación hallaron que, además de narcóticos, entraban a México cargamentos de gasolina de contrabando.
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Saucedo señaló que, a diferencia de otros delitos del crimen organizado, este tipo de contrabando no generaba altos índices de violencia homicida, lo que permitió que fuera tolerado durante años. Sin embargo, al detectarse la participación de mandos militares en su protección, Estados Unidos presionó a México para proceder contra los responsables.
¿Qué papel jugaron las autoridades?
El consultor comparó esta situación con el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, quien fue acusado en Estados Unidos de corrupción y vínculos con el narcotráfico. Según Saucedo, al igual que ocurrió con García Luna, Washington tenía conocimiento de las irregularidades pero toleró la operación mientras se cumplían ciertos lineamientos de cooperación en seguridad.
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En el caso de la Marina, la participación de mandos de alto rango se habría facilitado porque, durante el sexenio pasado, controlaban puertos estratégicos como Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Tampico, puntos clave para el ingreso del combustible ilegal. El especialista advirtió que detrás de estas detenciones podrían existir funcionarios de mayor jerarquía aún intocados.
¿Presión externa en las investigaciones?
De acuerdo con el análisis, la presión del gobierno estadounidense ha sido determinante. Incluso, la reciente visita de funcionarios como Marco Rubio al país se enmarca en este contexto: Estados Unidos habría entregado listas de militares y políticos mexicanos vinculados con el crimen organizado, exigiendo acciones concretas.
Las detenciones recientes marcan un giro en la relación bilateral en materia de seguridad. Para Saucedo, el reto será determinar si se trata de casos aislados o si se abrirán investigaciones más amplias que alcancen a figuras del primer círculo político y militar que, hasta ahora, han permanecido intocables.