Con el inicio del ciclo escolar 2025-2026, millones de estudiantes regresaron a las aulas este 1 de septiembre. Entre los preparativos y la emoción del primer día de clases, una práctica aparentemente inocente, pero cargada de riesgos, preocupa a las autoridades: el sharenting, pero ¿qué es?
Este término, que combina las palabras en inglés share (compartir) y parenting (paternidad), se refiere a la publicación excesiva de imágenes, videos o información personal de menores en redes sociales por parte de padres o tutores.
Aunque motivado por orgullo o cariño, este hábito puede exponer a los niños a amenazas como ciberacoso, robo de identidad e incluso explotación sexual.
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¿Qué es el sharenting y por qué se vuelve crítico en el regreso a clases?
El sharenting consiste en documentar la vida de niñas, niños y adolescentes mediante fotos y videos publicados en plataformas como Facebook, Instagram o WhatsApp. Según el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), esta práctica implica una "publicación masiva de información y datos de menores en internet".
Durante el regreso a clases, esta tendencia se intensifica. Imágenes del primer día de clases, uniformes escolares, detalles de la escuela o rutinas diarias son compartidos en redes sociales sin considerar los riesgos. Una simple foto puede revelar información sensible: la ubicación de la escuela, el horario del menor o incluso sus actividades extracurriculares, facilitando que actores malintencionados rastreen o targeteen a los niños .
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Riesgos del sharenting: Más allá de la privacidad
La sobreexposición de menores en internet tiene consecuencias graves y multifacéticas:
- Pérdida de privacidad y control de la identidad digital: Una vez compartida una imagen, se pierde el control sobre su distribución. Puede ser descargada, manipulada o utilizada en contextos inapropiados, como redes de explotación infantil .
- Ciberacoso y bullying: Contenido vergonzoso o íntimo puede ser utilizado para burlas, hostigamiento o extorsión cuando el menor crezca, afectando su salud mental y autoestima .
- Robo de identidad y fraudes: Ciberdelincuentes pueden usar datos personales (nombres, edades, ubicaciones) para crear perfiles falsos, cometer fraudes financieros o engaños mediante catfishing .
- Grooming y riesgos de explotación: Depredadores sexuales aprovechan información compartida para contactar a menores, ganar su confianza y abusar de ellos .
Recomendaciones para proteger a los menores en el entorno digital
Ante estos riesgos, la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) emiten recomendaciones clave para padres y tutores :
- Evitar compartir información sensible: No publicar nombres completos, escuelas, uniformes, rutinas o ubicaciones en tiempo real.
- Desactivar la geolocalización: Asegurarse de que las redes sociales no compartan la ubicación del menor.
- Ajustar configuraciones de privacidad: Limitar las publicaciones a círculos de confianza y revisar políticas de plataformas.
- Utilizar herramientas de control parental: Filtrar contenido inapropiado, limitar tiempo de pantalla y monitorear actividades en línea.
- Fomentar el diálogo y la educación digital: Enseñar a los menores sobre riesgos en internet y promover una comunicación abierta sobre sus experiencias en línea.
- Respetar la autonomía del menor: A partir de los 14 años, los adolescentes tienen derecho a decidir sobre su imagen
El regreso a clases 2025 es un momento crucial para reflexionar sobre la seguridad digital de niñas, niños y adolescentes. El sharenting, aunque bienintencionado, puede tener consecuencias irreversibles en la vida de los menores.
