Adriana Ochoa, madre de una alumna del CCH Sur, que se ha convertido en una voz visible del activismo estudiantil y de padres de familia que exigen mayores garantías de seguridad en el plantel tras el reciente asesinato de Jesús 'N' a manos de Lex Ashton, reveló que su labor la ha puesto en la mira, pues ha sido víctima de amenazas directas.
"Se filtró mi correo electrónico personal... he recibido amenazas, justo hace rato también me enviaron una por WhatsApp. Están comprometidos mis datos personales," afirmó Ochoa en entrevista para MVS Noticias.
La activista reveló que las intimidaciones se intensificaron luego de convertirse en vocera de las exigencias de seguridad, impulsada por la violencia sufrida por su hija. Y aunque su alta visibilidad la ha expuesto a ser víctima de estas amenazas, ella dice no tener miedo.
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"Yo estoy bastante respaldada por los padres de familia, por los alumnos, y pues yo también tengo a mis abogados... Tampoco tengo miedo", mencionó.
Directora del CCH Sur accede a diálogo tras presión de padres y estudiantes
El activismo de los padres y alumnos ha rendido frutos en la búsqueda de interlocución con las autoridades universitarias. Tras días de manifestaciones y presión en la Rectoría de la UNAM y en el plantel, Adriana Ochoa confirmó un avance clave.
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"Después de tanta presión, hoy por fin la directora hizo un anuncio donde sí nos va a dar un espacio a los padres, ya tenemos conformada la mesa para que podamos dialogar con ella," explicó Ochoa.
Este encuentro, sin embargo, se siente como una victoria amarga, pues lamentó que se tenga que llegar a una tragedia humana para que la seguridad sea una prioridad: "Es lamentable que tengan que pasar casos como estos para que nos den prioridad en cuanto a la seguridad, que es algo que hemos estado demandando año con año".
CCH Sur carece de vigilancia y protocolos de seguridad
Adriana Ochoa detalló las deficiencias críticas en la seguridad del CCH Sur, que alberga una matrícula de doce mil alumnos. La principal preocupación es la falta de personal y protocolos.
"El plantel es enorme, para una plantilla de doce mil alumnos, hay muy poca vigilancia dentro y fuera del plantel," denunció la madre, quien estimó que hay menos de diez vigilantes para cubrir ambos turnos.
Además, señaló la extrema facilidad para que personas ajenas ingresen a la escuela: "Yo misma he ingresado al plantel varias veces con mi identificación en mano... no me la piden, solo me preguntan a dónde va, les digo hasta al lado, me dejan pasar."
Para remediar la vulnerabilidad, los padres, liderados por Adriana Ochoa exigen medidas tecnológicas y más rigurosas. "Estamos pidiendo, si bien que no se les revisen las mochilas, que sí haya detectores de metal y cosas que puedan hacer que salvaguarden su vida a nuestros hijos," puntualizó.
