No cabe duda que el 2025 se ha caracterizado por una de las temporadas de lluvias en México más intensas en décadas, con récords históricos como el registrado pasado el 10 de agosto, considerado el día más lluvioso en la Ciudad de México desde 1952.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), fenómenos como El Niño y la formación de ciclones podrían alargar las precipitaciones hasta finales de noviembre, más allá de su periodo habitual.
¿Hasta cuándo se esperan las precipitaciones?
De forma oficial, la temporada de lluvias en México va de mayo a octubre. Sin embargo, este 2025 el SMN prevé que la actividad pluvial se extienda hasta el 30 de noviembre. Esto implica un mes adicional de lluvias respecto a la media anual, aumentando la probabilidad de inundaciones y deslaves en distintas zonas del país.
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El organismo explica que este retraso se debe a que los ciclones tendrán un papel clave en mantener las precipitaciones activas más tiempo del habitual. Aunque el cierre de temporada se pronostica para finales de noviembre, no se descarta que después puedan presentarse lluvias aisladas provocadas por frentes fríos o eventos meteorológicos atípicos.
Un año marcado por El Niño y sistemas tropicales
Agosto suele marcar una ligera disminución de lluvias en la capital, pero este año las condiciones son excepcionales. El fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y la presencia de varios sistemas tropicales en formación han mantenido un ciclo pluvial más intenso y constante.
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Expertos del SMN advierten que septiembre seguirá siendo un mes de alta actividad, debido a su cercanía con el pico de la temporada de ciclones tropicales. Por ello, recomiendan no bajar la guardia y mantener medidas preventivas durante todo septiembre, octubre y noviembre, especialmente en zonas propensas a encharcamientos, deslaves o crecidas de ríos.
La temporada de lluvias en México en 2025 no solo ha sido más intensa, sino que también se extenderá más de lo habitual. Aunque el 30 de noviembre es la fecha estimada de cierre, la naturaleza puede sorprender con precipitaciones esporádicas incluso después de ese día.