Si tienes un domingo libre y estás en el Estado de México, ¿por qué no aprovechar para conocer alguno de sus Pueblos Mágicos? Estos lugares tienen mucho encanto, con calles llenas de historia, tradiciones vivas y rincones perfectos para relajarte y desconectarte un rato del día a día.
Ya sea que busques un paseo tranquilo, una aventura gastronómica o un espacio para desconectarte y recargar energías, estos Pueblos Mágicos son el plan ideal. Además, cada uno tiene su toque único, desde plazas llenas de vida hasta paisajes que te dejarán sin aliento, haciendo que un domingo cualquiera se convierta en una experiencia inolvidable.
Malinalco
A menos de dos horas de Toluca y la Ciudad de México se encuentra , un lugar que parece detenido en el tiempo. Sus calles empedradas, el ambiente tranquilo y su arquitectura colonial invitan a caminar sin prisa, mientras los colores de las fachadas contrastan con el verde intenso de las montañas. Aunque su tamaño es pequeño, tiene una energía especial que se percibe en cada rincón.
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Uno de sus principales atractivos es la zona arqueológica ubicada en lo alto del cerro. Desde ahí se puede ver todo el valle, y la subida, aunque algo exigente, vale totalmente la pena. El sitio, tallado directamente en la roca, fue un importante centro ceremonial mexica. Después del recorrido, nada como probar sus antojitos locales en el mercado o en los pequeños restaurantes familiares que hay por el centro.
Valle de Bravo
Valle de Bravo es conocido por su equilibrio entre naturaleza y aventura. Sus paisajes montañosos, cubiertos de bosque, contrastan con la presencia del lago, que se ha convertido en símbolo del lugar. Más allá de su atmósfera relajada, hay una amplia oferta de actividades para quienes buscan moverse, explorar o simplemente observar.
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La Cascada Velo de Novia es uno de los sitios más visitados y, aunque siempre hay gente, conserva un aire fresco y poderoso. También es común ver parapentes sobrevolando la zona, pues este sitio es ideal para esa actividad por su ubicación entre montañas. Ya sea a pie, en bicicleta, a caballo o incluso en lancha, Valle ofrece muchas formas de recorrerlo y vivirlo.
Ixtapan de la Sal
Famoso por sus aguas termales, Ixtapan de la Sal es una opción ideal para quienes buscan un descanso. Tiene un clima cálido la mayor parte del año, lo que lo hace perfecto para pasear por sus calles o refrescarse en alguno de sus balnearios. Su ambiente es tranquilo, más familiar que turístico, y eso le da un ritmo particular, muy relajado.
Además del famoso parque acuático, que destaca por su tamaño y variedad de atracciones, este Pueblo Mágico tiene una buena oferta de spas y zonas de relajación. Si quieres algo más activo o simplemente descansar bajo el sol, Ixtapan permite ambas cosas. También es fácil encontrar dulces típicos, artesanías y comida sencilla pero sabrosa en sus alrededores.
Tonatico
Muy cerca de Ixtapan, Tonatico comparte el clima agradable y la vocación para el descanso, pero con una personalidad distinta. Su centro conserva una imagen más tradicional, con su iglesia, su plaza y sus calles bordeadas por casonas antiguas. El ambiente aquí es más sereno, ideal para una escapada corta sin tanto movimiento.
Uno de sus mayores atractivos son las Grutas de la Estrella, un sistema subterráneo que ofrece recorridos guiados entre estalactitas y estalagmitas formadas hace miles de años. También tiene una zona de cascadas y un balneario municipal con aguas termales. La mezcla entre naturaleza, historia y tranquilidad hacen de Tonatico una joya poco alborotada.
Aculco
Aculco se distingue por su estilo pintoresco y su carácter agrícola. Sus paisajes combinan campos abiertos con formaciones rocosas que le dan un aire distinto al de otros pueblos del Estado de México. Las construcciones de cantera, las calles alineadas y el color de sus casas dan la sensación de estar dentro de una pintura antigua.
Este lugar también es famoso por su producción de quesos y lácteos, por lo que es común encontrar tiendas que venden productos locales de excelente calidad. Uno de los sitios más llamativos es la Cascada de la Concepción, una caída de agua rodeada de columnas basálticas, muy frecuentada por amantes del senderismo o la fotografía. Aunque pequeño, Aculco tiene una identidad muy definida y vale la pena explorarlo con calma.
