Los ataques al vocero de la fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara de Diputados, Arturo Ávila, por poseer una mansión millonaria en Estados Unidos podrían ser producto del “fuego amigo”.
Así lo sugirieron el propio legislador federal y el coordinador de la bancada guinda en el recinto, Ricardo Monreal.
Ello, al coincidir en que la campaña de desprestigio en su contra se desató después de que él, Monreal y otros diputados federales expresaran que tiene intenciones de ser candidato a la gubernatura de Aguascalientes.
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Ávila Anaya y el diputado Monreal señalaron que no tienen la certeza, pero no puede descartarse que las descalificaciones tengan origen en la competencia interna.
“Es una posibilidad, pero obviamente todo mundo sabe que siempre las contiendas internas tienen este resultado y este tipo de desencuentros, siempre, siempre, internas o externas. No tendría elementos para asegurar ni una ni otra cosa, simplemente en la historia ocurren, pero es un asunto que yo percibo y que es en razón de su propio de su propia aspiración e interés”, por llegar al gobierno de Aguascalientes, dijo el coordinador.
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“Y si efectivamente, como dice el doctor, la contienda interna de pronto tiende a tener este tipo de situaciones, ojalá y no sea el caso porque sería muy lamentable que entre compañeras y compañeros del movimiento estuviéramos atacándonos, yo nunca lo he hecho. Espero que no sea el caso, porque sería muy lamentable para el movimiento (…) no, no se puede descartar porque ya lo he vivido antes”, admitió el señalado.
Reiteró que no hay ilegalidad alguna en poseer inmuebles de alto valor comercial, que adquirió como fruto de su trabajo en una empresa de inteligencia artificial y proveedora de productos en el sector de las fuerzas armadas.
Aseguró que la “receta mágica” para ser un empresario próspero, como él lo fue antes de ser diputado federal, es el trabajo y dijo “no entender” de dónde vienen los ataques en su contra.
Insistió en que no hay novedad en las publicaciones que dieron a conocer su propiedad en una exclusiva zona de California, en Estados Unidos, porque él mismo declaró oportunamente la propiedad.
Dijo que quienes difundieron información que ya era conocida públicamente, quisieron lanzar una “bomba” que resultó ser un “petardo” de “mecha mojada”.