El asesinato de Ximena Guzmán, secretaria particular de la virtual jefa de Gobierno, Clara Brugada, y de José Muñoz, su asesor en temas de seguridad, ocurrido la mañana del 20 de mayo sobre Calzada de Tlalpan, muestra señales claras de una ejecución con tintes del crimen organizado, según advierte el periodista especializado Óscar Balderas.
¿La agresión tiene que ver con el crimen organizado?
Ambas víctimas fueron atacadas a plena luz del día, en una zona transitada de la capital del país, lo que para Balderas no es casualidad, sino un mensaje directo y con alto contenido político. El periodista destaca que José Muñoz no era un funcionario menor, pues servía como enlace directo entre la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y el Palacio del Ayuntamiento, lo que le otorgaba acceso privilegiado a información sensible sobre operativos e investigaciones contra estructuras criminales.
“Estoy casi seguro de que se trató del crimen organizado, que puede llegar sin ningún problema hasta el primer círculo de la jefa de Gobierno y mandar un mensaje clarísimo”, declaró Balderas en entrevista. Sin embargo, el periodista también planteó que este tipo de acciones no son comunes en la Ciudad de México, al menos no con ese nivel de visibilidad, lo cual sugiere una estrategia más elaborada detrás del ataque.
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“El crimen organizado no actúa de esta forma a menos que esté en una situación desesperada. La violencia en lugares como la CDMX les representa una exposición innecesaria. Por eso creo que detrás de esto hay alguien más, tal vez en un despacho, ejecutando un plan que busca generar miedo en el entorno de Clara Brugada y, por extensión, en toda la ciudad”, explicó.
¿Qué grupos criminales son los que atentan contra funcionarios?
El contexto que rodea este doble homicidio se enmarca en una creciente presencia de grupos criminales en la capital, donde, según Balderas, ya han ocurrido otros atentados similares contra funcionarios. “Los grupos que suelen atentar contra autoridades son el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, así como la Unión Tepito y la Anti-Unión”, detalló.
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Apenas en los primeros meses del año, la capital ha registrado varios hechos violentos que refuerzan la hipótesis del avance de organizaciones delictivas sobre territorios antes considerados relativamente seguros. En este caso, el nivel de los funcionarios asesinados y la forma del ataque hacen suponer que no se trató de un crimen fortuito o personal, sino de una ejecución con un mensaje claro.
La investigación continúa a cargo de las autoridades locales y federales, pero el análisis de Balderas plantea una preocupación mayor: la posibilidad de que este atentado sea un intento de intimidación hacia la futura administración de la Ciudad de México, a pocos meses de que Clara Brugada asuma el cargo de jefa de Gobierno.
Mientras tanto, la CDMX enfrenta un nuevo desafío: contener la expansión y visibilidad del crimen organizado en sus estructuras de poder y garantizar que hechos como este no queden impunes.