¿Pensabas que lo peor de estacionarte mal era una multa? Piénsalo dos veces. En la Ciudad de México, hay varias infracciones que no solo te cuestan dinero… también pueden terminar con tu auto en el temido corralón. Sí, esa palabra que ningún conductor quiere escuchar por la mañana.
La policía de tránsito tiene todo el respaldo legal para actuar cuando detecta que un vehículo está violando el reglamento. Desde estacionarse sobre una banqueta hasta no pagar parquímetro, estas son las faltas que pueden sacarte las llaves del volante y mandarte directo al transporte público.
¿Qué conductas llevan tu coche al corralón?
Estacionarte en banquetas, cruces peatonales, ciclovías o cajones exclusivos para personas con discapacidad es una falta grave. También aplica si lo haces en vías primarias o donde hay señal de prohibición. Lo mismo sucede si usas espacios para carga y descarga o para ascenso/descenso sin autorización.
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¿No pagaste el parquímetro? Si no saldas la cuenta en menos de dos horas tras que te ponen la “araña”, tu coche se va al corralón. Otro clásico: reprobar el alcoholímetro o conducir bajo el efecto de sustancias. Spoiler: no solo vas tú al Torito, el auto también tiene destino seguro.
Organizar “arrancones”, bloquear calles, abandonar vehículos, no tener documentos en regla o acumular multas sin pagar son motivos suficientes para el arrastre. Todo esto está respaldado por el Reglamento de Tránsito de la CDMX, el cual señala en su Artículo 30 que estacionarse en zonas prohibidas puede ameritar remisión al depósito vehicular.
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Eso sí: llevar un perrito sin caja de transporte, insultar a un oficial o intentar sobornarlo no amerita corralón por sí solo (aunque sí te puede meter en otros líos serios).
Así que ya sabes: si no quieres sorpresas y un viaje express al depósito vehicular, evita cometer alguna de estas multas que la policía de tránsito puede castigar llevándose tu auto al corralón. Tu cartera y tu paciencia te lo van a agradecer.