El conflicto hídrico llegó a su fin. México y Estados Unidos lograron un acuerdo importante relacionado con el Tratado de Aguas, enfocado en las asignaciones del río Bravo durante el ciclo de entregas que abarca de octubre de 2020 a octubre de 2025.
La meta principal es garantizar el abastecimiento de agua para las comunidades mexicanas que dependen de este recurso.
Ambos gobiernos publicaron un comunicado conjunto donde reafirman su compromiso de cumplir con lo pactado en el Tratado de Aguas de 1944.
Te podría interesar
¿En qué consiste el acuerdo con base en el Tratado de Aguas?
Como parte del acuerdo, México realizará transferencias inmediatas de agua, además de acciones específicas durante la temporada de lluvias para compensar cualquier posible faltante antes de que finalice el ciclo actual.
Las medidas surgieron tras reuniones técnicas entre autoridades de ambos países y se formalizarán a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Te podría interesar
En paralelo, la sección mexicana de CILA, junto con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), supervisará la implementación y trabajará en un plan para asegurar el cumplimiento en el siguiente periodo.
EU confirma continuidad sobre Tratado de Aguas
Estados Unidos también informó que México incrementará el flujo de agua hacia su territorio en seis afluentes del río Bravo, fortaleciendo así el reparto acordado.
Además, destacó la participación directa de la presidenta Claudia Sheinbaum para lograr una estrategia de cooperación efectiva.
"México se ha comprometido a transferir agua de inmediato desde embalses internacionales y a aumentar la cuota estadounidense del caudal en seis afluentes del río Bravo hasta el final del ciclo hidrológico quinquenal actual", apuntó el Departamento de Estado en un comunicado.
Finalmente, ambos países coincidieron en que el Tratado de Aguas sigue siendo beneficioso, por lo que no consideran necesario renegociarlo.
