El fallecimiento del Papa Francisco representa no solo una pérdida para la Iglesia Católica, sino también un evento de Estado que activa protocolos diplomáticos internacionales. México, como país con relaciones formales con el Vaticano, se prepara para enviar una delegación oficial a las exequias. ¿Quiénes son los mexicanos que podrían ir?
Aunque aún no hay una lista oficial publicada por el Gobierno de México, el protocolo diplomático y los antecedentes ofrecen pistas claras sobre quiénes podrían integrar la comitiva mexicana.
5 mexicanos que podrían asistir al funeral del Papa Francisco
1. Claudia Sheinbaum, presidenta de México
La presidenta Claudia Sheinbaum es la figura con mayor rango que podría asistir. Como antecedente, en 2005, el entonces presidente Vicente Fox acudió personalmente al funeral de Juan Pablo II. De no asistir, Sheinbaum tiene la facultad de designar un representante de alto nivel para sustituirla.
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2. Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores
Como encargado de la diplomacia mexicana, De la Fuente tiene una posición clave en eventos de carácter internacional. Su participación en funerales de jefes de Estado o líderes internacionales es parte de sus atribuciones.
3. Alberto Barranco, embajador de México ante la Santa Sede
Barranco, como jefe de la misión diplomática en El Vaticano, tiene un lugar asegurado en las exequias. Su presencia será fundamental como enlace directo entre ambos Estados.
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4. Legisladores con enfoque internacional o religioso
Miembros del Senado y la Cámara de Diputados, especialmente quienes integran comisiones de Relaciones Exteriores o Asuntos Religiosos, podrían sumarse a la delegación si el Gobierno lo considera pertinente.
5. Funcionarios de cultura y religión
Aunque menos probable, algunos funcionarios vinculados a temas culturales o religiosos podrían ser invitados, si se considera relevante su presencia en el contexto diplomático y simbólico del evento.
El funeral del Papa Francisco no solo será una ceremonia religiosa, sino también un acto diplomático de gran trascendencia. México, como Estado laico, pero con profundas raíces católicas, tiene una oportunidad histórica de mostrar respeto institucional y fortalecer sus vínculos con la Santa Sede.
