La Cámara de Diputados aprobó en lo general la nueva Ley General de Aguas, una reforma que reemplaza la normativa vigente desde 1992 y que busca reorganizar el manejo, concesión y supervisión del recurso hídrico en el país. La aprobación se dio tras intensas negociaciones con productores agrícolas, quienes presionaron con manifestaciones y el bloqueo de accesos al recinto legislativo.
A pesar de las modificaciones presentadas para atender sus demandas, la oposición advierte un “trasfondo político” en la reforma, mientras el Gobierno federal asegura que la ley pone fin a décadas de corrupción y prácticas de acaparamiento del agua.
Para entender el fondo de esta histórica reforma, que marcará un cambio radical en la gestión del agua en México, te presentamos un resumen claro con los puntos clave de lo aprobado.
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Ley General de Aguas: una aprobación marcada por presiones y acuerdos
La reforma fue impulsada por Morena, PT y PVEM, que votaron a favor junto con un paquete de 18 cambios adicionales negociados de última hora con representantes del campo. Estos ajustes permitieron desactivar la movilización de agricultores que, con tractores, bloquearon parcialmente San Lázaro.
Entre los cambios clave se encuentran:
- Garantía de derechos de sucesión, para permitir que la concesión acompañe la herencia de tierras.
- Regulación del libre alumbramiento, con lineamientos que eviten el acaparamiento del agua.
- Reconocimiento de sistemas comunitarios de agua, particularmente en pueblos indígenas y afromexicanos.
- Protección ante recortes de volúmenes concesionados, los cuales ahora deberán justificarse técnicamente y notificarse previamente.
¿La nueva Ley de Aguas pone fin a la transmisión de concesiones?
El núcleo de la tensión que rodea a la nueva Ley de Aguas radica en la prohibición de que las concesiones de agua puedan ser transmitidas libremente entre particulares. La reforma establece que estos derechos de uso deberán volver al Estado para que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) los reasigne de forma vigilada.
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El objetivo central de esta medida es "acabar con el mercado ilegal de concesiones que se ha creado en el país". No obstante, la oposición política insistió en que la reforma tiene un "trasfondo político para que el gobierno y Morena controlen el agua".
Para atender las preocupaciones de los campesinos , quienes temían que la prohibición les impidiera heredar o vender sus tierras, el bloque oficialista aseguró que en los casos de herencia y venta de tierra "se conservarán los derechos de volumen, uso y plazo" de la concesión, siempre y cuando se notifique a Conagua para la reasignación.
Conagua desmiente rumores y mitos sobre la Ley de Aguas
Esta mañana desde Palacio Nacional, el titular de la Conagua, Germán Arturo Martínez Santoyo, desmintió lo que calificó como “una campaña de desinformación para generar miedo e incertidumbre” entre productores.
Por ejemplo, la Conagua aclaró que la nueva Ley de Aguas no afecta herencias ni ventas de propiedades, pues los derechos de agua se mantienen.
Asimismo, no criminaliza a pequeños productores, ya que las sanciones solo aplican a abusos graves como acaparamiento; también permite el uso agropecuario familiar y el traslado de agua, siempre que no exista lucro ilegal; y no regula ni prohíbe la captación de agua de lluvia, sino que la incentiva.
De este modo, e Gobierno sostiene que la reforma busca enfrentar la corrupción y asegurar la disponibilidad de agua para futuras generaciones.
Ley General de Aguas se envía al Senado en espera de ser publicada
Tras su aprobación en lo general por 328 votos a favor y 131 en contra, la Cámara de Diputados continúa el debate en lo particular. El proyecto será turnado al Senado, donde se espera un proceso igual de acelerado.
Mientras tanto, el país permanece atento: los cambios propuestos podrían redefinir el acceso, manejo y fiscalización del agua en México durante las próximas décadas.