El caso Carlos Manzo continúa generando controversia a casi dos meses del homicidio del alcalde de Uruapan, ocurrido el 1 de noviembre en la plaza principal del municipio.
La investigación, encabezada por la Fiscalía General del Estado de Michoacán, enfrenta una crisis de credibilidad tras la difusión de un peritaje balístico independiente que contradice la versión oficial sobre cómo murió el presunto agresor.
Desde el inicio, la fiscalía sostuvo que el atacante fue abatido con su propia arma. Sin embargo, un dictamen privado solicitado por la defensa de los escoltas del alcalde plantea una versión distinta y abre la posibilidad de que haya participado un arma diferente en el desenlace del ataque.
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¿Qué reveló el peritaje balístico que cambió el caso?
El punto clave es un casquillo distinto al resto. En el lugar del ataque se localizaron seis casquillos grises con la leyenda “Luger Mon”, compatibles con una pistola Pietro Beretta calibre 9 milímetros que habría usado el agresor. No obstante, el casquillo correspondiente al disparo que le quitó la vida es dorado y porta la marca “Águila”.
El análisis microscópico concluyó que los seis casquillos grises comparten una marca característica del cañón del arma del homicida, mientras que el casquillo dorado no presenta ese patrón. Para la defensa, esto descarta que se trate de la misma arma y pone en duda la narrativa oficial.
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Pese a ello, el fiscal Carlos Torres ha reiterado que será un juez quien determine el valor de los peritajes, mientras la defensa exige una explicación científica pública que justifique la versión institucional.
Detenciones, crimen organizado y seguridad federal
En paralelo, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó que el grupo criminal Los Erre, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación, estaría detrás del asesinato.
Confirmó la detención de Jorge Armando N alias El Licenciado, señalado como autor intelectual, así como de siete escoltas del alcalde y un presunto reclutador criminal.
El funcionario subrayó que, por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, la seguridad en Michoacán es prioridad nacional. Tras el crimen, se desplegaron más de dos mil quinientos elementos federales y se reportaron detenciones, decomisos de droga y armas, además de una reducción en homicidios durante noviembre.
El asesinato de Carlos Manzo no solo sacudió a Uruapan, sino que abrió un debate nacional sobre la actuación de las fiscalías, el uso de peritajes independientes y la transparencia en investigaciones de alto impacto, un caso que sigue en desarrollo y bajo fuerte escrutinio público.