En el Palacio Legislativo de San Lázaro se presentó la iniciativa De la raíz al vaso: Camino del agave al trago justo. Impulsada por bartenders reconocidos, productores artesanales, especialistas fiscales y organizaciones civiles, la propuesta busca modernizar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para corregir la distorsión que actualmente castiga a los destilados tradicionales mexicanos.
México aplica uno de los impuestos más altos del mundo a las bebidas alcohólicas, pero su cálculo no se basa en la cantidad de alcohol, sino en el precio de la botella. Este sistema provoca que un destilado artesanal de calidad pague más impuestos que un alcohol industrial barato, aun conteniendo la misma cantidad de alcohol puro, penalizando así la calidad y favoreciendo productos de menor valor.
La diputada Diana Icela López Orozco, al abrir la rueda de prensa, subrayó que avanzar hacia un esquema fiscal justo es esencial. Esto protegería el trabajo del campo, fortalecería cadenas productivas locales y reconocería el valor cultural del agave, uno de los patrimonios vivos más importantes de México.
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El diputado Carlos Ventura Palacios, integrante de la Comisión de Hacienda, anunció la formación de un grupo de trabajo nacional. Este dialogará directamente con las comunidades productoras para construir una propuesta técnica sólida que elimine el trato desigual que hoy afecta a los destilados de calidad.
"De la raíz al vaso": Un manifiesto por la justicia fiscal
Durante el evento se leyó el manifiesto “Nuestra sangre es miel de agave”, un texto que recupera la identidad y la historia de las bebidas ancestrales. El documento plantea preguntas cruciales: ¿Por qué quienes destilan la identidad líquida del país enfrentan tantas barreras? ¿Por qué el impuesto más alto recae en quienes producen con tradición y calidad?
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La exigencia central fue contundente: contribuir sí, pero con justicia. Se demanda que los impuestos se cobren con criterios equitativos, basados en la cantidad de alcohol contenido y no en el precio en el anaquel, para que todas las bebidas compitan en igualdad de condiciones.
La presidenta de Mujeres del Mezcal, Yolanda Ruíz, insistió en que el modelo actual profundiza las brechas que enfrentan las mujeres productoras. Explicó que una lata de cerveza, una copa de vino o un caballito de destilado contienen la misma cantidad de alcohol, pero solo el destilado artesanal paga el impuesto más alto, limitando el acceso a mercados y afectando la autonomía económica en zonas rurales.
Bartenders reconocidos como Ara Carvallo, Óscar Valle, Chui Duarte y Pedro Sánchez dieron fuerza al argumento técnico desde su experiencia. Explicaron que un trago estándar siempre contiene la misma cantidad de alcohol, sin importar su origen, por lo que no existe razón para que un producto artesanal pague más.
“Esta reforma permitiría valorar la calidad por encima del volumen”, destacó Ara Carvallo. Un IEPS justo, señaló, fortalecería toda la cadena del agave, de la raíz al vaso, y daría un trato fiscal que no penalice lo bien hecho.
Desde la perspectiva técnica, Heraclio de Lucas, de Moderniza IEPS, explicó que el modelo actual incentiva el mercado ilegal. Un esquema basado en el contenido alcohólico —y no en precios— reduciría la evasión, permitiría una recaudación más eficiente e impulsaría a los pequeños productores artesanales.
Como siguiente paso, se anunció la realización del Foro Nacional “De la raíz al vaso” en febrero de 2026 en la Cámara de Diputados. El objetivo será presentar escenarios técnicos y escuchar a la cadena productiva para construir un modelo fiscal justo, equitativo y competitivo para México, cerrando un ciclo que va de la raíz al vaso.