Como cada Día de Muertos, los panteones en todo México se llenan de color, flores de cempasúchil, veladoras y ofrendas que sirven para honrar la memoria de quienes ya partieron. Los visitantes que acuden a estos campos santos a lo largo y ancho de la República Mexicana lo hacen para recordar a sus seres queridos, manteniendo viva una tradición con siglos de historia.
En este contexto, es común que surja un cúmulo de curiosidades en torno a esta emblemática festividad. Una de las más frecuentes es: ¿cuál es el panteón más grande de México? Se trata de un lugar de descanso que destaca no solo por su historia, sino también por sus imponentes dimensiones, capaces de sorprender a cualquiera.
Este es el panteón más grande de México
De acuerdo con la página oficial de la Ciudad de México, el Panteón Civil de Dolores es el cementerio más grande del país. Aunque desde las afueras resulta difícil percibir su tamaño, desde las alturas se puede apreciar toda su magnitud.
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Este sitio de descanso se encuentra entre la segunda y tercera sección del Parque de Chapultepec. Su entrada principal está en la Avenida Constituyentes, y quienes deseen conocerlo o visitarlo pueden acercarse desde las estaciones Metro Observatorio o Constituyentes del Sistema de Transporte Colectivo Metro, que son los puntos más cercanos y permiten llegar sin dificultades.
En el lugar es posible encontrar una gran cantidad de tumbas, esculturas y otros elementos funerarios para rendir homenaje a quienes ya no están. Además, uno de los aspectos por los que más destaca este gran terreno es la denominada Rotonda de las Personas Ilustres, la cual fue inaugurada en 1876, un año después de su apertura inicial el 13 de septiembre de 1875.
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En este punto en concreto, descansan los restos de personajes emblemáticos en la historia de México. Pintores y artistas de la talla de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, así como diplomáticos y poetas como Rosario Castellanos o Ramón López Velarde, son solo algunos de los nombres que ahora reposan eternamente en el icónico Panteón Civil de Dolores.
Orígenes del Panteón Civil de Dolores
El mencionado portal web detalla que, antes de la Reforma Civil en el siglo XIX, todos los cementerios en el país estaban bajo el control de la Iglesia. A raíz de este cambio, se permitió al gobierno intervenir en asuntos civiles, incluyendo la creación de cementerios públicos.
Es así que se otorgó el permiso para construir este panteón a la Benfield, Brecker Company en 1874, en un terreno del rancho de Benfield, también conocido como Tabla de Dolores, de ahí la adopción del nombre. En 1879, el gobierno mexicano compró la parcela, convirtiendo el cementerio en un espacio público accesible a la población. Más de un siglo después, en 1975, el terreno agotó su capacidad, por lo que desde entonces no se asignan nuevas tumbas.
