Durante los últimos cuatro años, México ha enfrentado un incremento en la designación de militares y marinos de carrera al frente de las Secretarías de Seguridad en los estados y municipios.
Las estadísticas muestran que ellos no solo no pueden contener la violencia, sino que se enraíza más y se retroalimenta en un círculo vicioso, señaló Sandra Ley, coordinadora del programa de seguridad de México Evalúa.
Durante la presentación del análisis “La otra militarización: Fuerzas Armadas al frente de las instituciones estatales de Seguridad Pública en México”, la especialista aseguró que la designación de militares en secretarías de seguridad ha aumentando incluso más que en el gobierno de Felipe Calderón, al llegar a dos de cada cinco en los estados.
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La designación de miembros de la Marina también han registrado un alza principalmente en los municipios y estos forman parte del grupo más alto en los últimos dos años en estos encargos.
De acuerdo a este análisis de México Evalúa, hay 14 estados donde miembros de las Fuerzas Armadas son secretarios de Seguridad, nueve en donde son policías de carrera y nueve el titular es civil; el 60 por ciento de los Secretarios de Seguridad provenientes de la Secretaría de Marina han sido contratados en gobiernos municipales de Morena, mientras que el 40 por ciento de militares ha sido en gobiernos municipales del PRI.
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De acuerdo a los efectos registrados, las tasas de homicidios con secretarios con perfiles militares son más altos que el promedio, lo que muestra que no sólo no pueden contener la violencia y aún cuando no se ha podido medir de manera oficial, las estadísticas muestran que hay un alto número de rotación de militares en los cargos y de miembros de la Marina, esto hace que en las regiones donde están haya mayores niveles de violencia.
Por su parte Estefanía Vela, directora ejecutiva de Intersecta, dijo que a raíz de los análisis se ha podido determinar que la gente asocia militarización con golpes militares violentos para hacerse del poder.
Sin embargo, en México, esta situación ha cambiado, debido a que voluntariamente las instituciones civiles ceden los recursos y el poder a los miembros de estos cuerpos armados.
Finalmente, recalcó que las tasas de efectividad son puestas a disposición por parte de elementos militares de delincuentes comunes es mucho menor a la de los policías.
Por ello cuestionó la efectividad de la estrategia, además dijo no sólo es un asunto federal, sino de los estados y municipios que también consideran que designarlos en estos encargos puede resultar de alguna manera efectivo, y sin embargo no ha sido así.