Tras la modificación legal que realizó el Congreso del Estado de Puebla para dejar de perseguir la interrupción del embarazo como un delito, en el editorial del semanario “Desde la fe”, la Arquidiócesis Primada de México manifiesta que “considerando que, la persecución penal a una mujer que se ve forzada a abortar por las circunstancias de vida que le acontecen puede ser una injusticia social, es necesario reconocer también que la eliminación de esa persecución sigue sin modificar, en esa mujer, las condiciones que le están obligando a abortar".
Indicó que es una tragedia que socialmente abandonemos a las mujeres embarazadas en situación difícil, y se les muestre como única salida la eliminación de su hijo, para poder continuar con los proyectos laborales, educativos y familiares que le rodean.
La iglesia católica remarca su postura por el respeto “a toda vida… la sociedad se ha vuelto egoísta en torno a la maternidad: ahí es donde está el debate de fondo de las iniciativas de ley: hay visiones que sólo buscan evitar la maternidad, propia y de terceras personas, pues consideran que liberando a la mujer de la maternidad, ella será completamente libre".
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Destacó que la mujer tiene en su naturaleza, y muchas veces en su deseo y proyecto de vida, ese anhelo de dar vida; por ello es muy importante que las políticas públicas y las leyes den opciones reales a la mujer embarazada, para, que sin tener que eliminar a su hijo, pueda continuar con sus estudios, su trabajo y su vida.
“Que los servicios de salud y las políticas de desarrollo social den prioridad a las mujeres embarazadas entre sus grupos prioritarios", destacó.
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Así podremos comenzar, señala, a reducir la eliminación de seres humanos por utilidad, y nos daremos una lección de vida todos, pues si respetamos al que aún no podemos ver, con mayor razón respetaremos a cualquiera de nuestros semejantes.