De acuerdo con el informe “Democracia vulnerada: El crimen organizado en las elecciones y la administración pública en México”, publicado como parte del proyecto Votar entre Balas, la violencia está afectando la participación ciudadana en los procesos electorales.
Según el documento, elaborado por México Evalúa Data Cívica y Animal Político, por cada agresión a una persona candidata se registró una disminución de 1.3 por ciento en la asistencia de la ciudadanía a votar entre las elecciones de 2018 y 2021, mientras que por cada persona que desempeñaba un puesto en la función pública la caída fue de 3 puntos porcentuales.
Del mismo modo, la violencia también provoca que no se presenten las ciudadanas y ciudadanos que fueron seleccionados y capacitados para ser funcionarios de casilla, motivo por el cual tiene que ser sustituidos por las primeras que se forman en la fila para ejercer su voto.
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Según los datos del informe, por cada persona candidata o militante de partido atacada, hay un aumento de casi 1 por sustitución de funcionarios de casilla.
Un ejemplo de estas situaciones es San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, donde la participación electoral bajó de 54 a 21 por ciento, luego de que en el proceso electoral del 2018 hubo un ataque contra un regidor, mientras que en el 2021 sumaron tres, contra la presidenta municipal y dos exfuncionarios de seguridad.
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Otro caso es Apaseo el Grande, Guanajuato, que tuvo una caída de la participación de 50 a 39 por ciento tras el asesinato de un candidato a regidor y dos militantes de partidos en 2021, y la sustitución de funcionarios de casilla subió de 12 a 19 por ciento.