En la Cámara de Diputados, desde la bancada del PRI, se presentó una iniciativa de reforma laboral, para establecer que no se podrá establecer como condición para la contratación de trabajadores, contar con experiencia previa.
El diputado federal Alan Castellanos, planteó reformas a la Ley Federal del Trabajo, con el fin de asegurar que los empleadores no podrán negarse a aceptar trabajadores primerizos.
Pidió integrar a la norma en la materia, entre las condiciones que impliquen discriminación entre los trabajadores, el exigir experiencia previa en el trabajo.
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También solicitó establecer que los empleadores no podrán negarse a aceptar trabajadores por no haber tenido un empleo anterior, lo cual podría ser considerado un criterio que da lugar a un acto discriminatorio.
Primer trabajo
El legislador argumentó que en México, las personas que buscan trabajo por primera vez, se enfrentan a distintos obstáculos, a partir de los requisitos impuestos por los centros laborales que exigen tener determinada edad, comprobar estudios, así como entregar documentos o referencias que acrediten si están o no calificados para acceder a un puesto, a lo cual se suma la exigencia de tener experiencia laboral.
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Refirió que la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022, reflejó que entre las principales causas para negar la contratación laboral, están la falta de experiencia, tener adicciones, delincuencia e inseguridad y falta de prestaciones.
Ello afecta principalmente a jóvenes y otros grupos en condiciones de vulnerabilidad, que tienen mayores dificultades para encontrar y acceder a oportunidades laborales, de capacitación, desarrollo de habilidades, mecanismos y programas que abran espacios para ellos en el mercado laboral.
Dicha situación, agregó, ha abonado a la proliferación de la pobreza juvenil.
La problemática también se refleja en la informalidad, que en el país es de aproximadamente 55 por ciento de la población, porcentaje que en el caso de jóvenes de 15 a 29 años de edad, aumenta a 66.9 por ciento, lo cual significa que 7 de cada 10 jóvenes en el país que tienen trabajo, es informal.
Quienes tienen trabajo en la informalidad, agregó, no tienen acceso a seguridad social ni al empleo estable, por lo que sus ingresos tampoco son seguros, y enfrentan más complicaciones para cubrir sus gastos y continuar con sus estudios.
Aunado a los requisitos a cumplir para tener un primer empleo, los jóvenes enfrentan otras exigencias, como cumplir con jornadas de trabajo excesivas y también, se les ofrecen salarios insuficientes.
Asimismo, entre otras condiciones a cumplir para ser contratados, se les pide acreditar conocimientos de otros idiomas, conocer el manejo de computadoras y programas informáticos, lo cual también dificulta la inserción laboral.
Todo ello, argumentó, provoca que la población juvenil pase del empleo al desempleo y a la informalidad con frecuencia, desarrolle problemas de adaptación y compatibilidad laboral y acepte condiciones precarias, cuando debería tener oportunidades de trabajo formal, estable, digno y con acceso a las prestaciones de ley.
La situación se agrava, añadió el parlamentario, cuando el joven tiene bajos niveles educativos, proviene de hogares de escasos recursos y con otro tipo de problemáticas, y aún más, cuando se trata de mujeres.