La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó a la reflexión en el actual ambiente político electoral, ante la detección de algunas expresiones contradictorias a la de una competencia democrática.
A través de un comunicado, la CNDH advirtió que “se está pretendiendo repetir escenarios como los vividos en 2006 y 2012, y lo peor es que aun cuando no existen actualmente condiciones objetivas, políticas, sociales o culturales, reales, para que se corra el riesgo de estar ante una elección de Estado -como sí se tuvo en esos años-, se esgrime hoy irresponsablemente la narrativa de que puede haber un ‘fraude electoral’ como los que hubo en el pasado, narrativa que sólo busca exacerbar los ánimos, confundir y abonar a una estrategia, en provecho de quienes lo que menos quieren es la democracia, y ya lo demostraron, en 2006 y en 2012”.
Llama la atención, refiere la CNDH, la normalización en el discurso de ciertos partidos y ciertas personas candidatas, de la violencia política, y su adopción como estrategia y como recurso para posicionarse.
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Lo anterior por mensajes y pronunciamientos públicos que, “fincados en la base del escándalo y la descalificación del adversario, incluso recurriendo a medios y organismos extranjeros, buscan llamar la atención, desviándola de lo que sería deseable defina las campañas y la contienda política: la lucha de las ideas y el contraste de las trayectorias personales y las propuestas programáticas”.
La CNDH también se refirió al árbitro electoral y sostuvo que “la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) recién ha emitido un mensaje contundente y claro, que contradice el discurso del miedo y el desánimo que se pretende plantar en la ciudadanía.
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Destacó que se tiene el deber y la obligación de velar ahora para que no se enrarezca este proceso con propaganda negra y expresiones descalificatorias o denigrantes que incluso, ni siquiera admiten réplica, mismas que, ya está visto, mucho daño hacen al ejercicio del derecho a la democracia.
Considero importante tomar las medidas pertinentes y sobre todo oportunas, para evitar que sea ese el signo que caracterice las campañas.
El Organismo nacional expresó su compromiso de aportar su concurso para que “se garantice el ejercicio del derecho a la democracia, y declara que estará atenta para observar y señalar cualquier desviación o perversión de su ejercicio, que lo ponga en riesgo”.
En el mismo sentido, la CNDH invitó a todos los actores sociales y políticos que intervienen en el debate público a erradicar de su narrativa cualquier manifestación de violencia política.
Reiteró su llamado a todas y todos los mexicanos para actuar en defensa de la democracia y rechazar el “discurso de odio, que se alimenta de la ambición de quienes pretenden ganar una elección al costo que sea, y piensan, erróneamente, que pueden manipular, desviar o influir en la decisión electiva del pueblo”.
Por último, la CNDH asumió el compromiso de deconstruir el papel que le fue asignado desde el enfoque neoliberal, abandonando la visión de que la democracia y los derechos político-electorales no forman parte de los derechos humanos.
Sin embargo, desde su ámbito de competencia hizo un exhorto a las instituciones electorales, medios de comunicación, partidos, actores sociales y políticos, y a la ciudadanía en general, a no contribuir, incitar, reproducir, obviar o admitir conductas que legitimen y sigan perpetuando la vulneración del derecho a la democracia y, por ende, la violencia política como medio para acceder al poder en México.