La crisis por falta de agua que vive el país es grave y es urgente retomar la discusión sobre la nueva Ley General de Aguas, para enfrentar la problemática y también, cumplir con la orden de la Suprema Corte, que sentenció al Legislativo por haber dejado pendiente la reglamentación señalada desde hace 10 años, planteó la bancada del Movimiento Ciudadano (MC) en la Cámara de Diputados.
Durante un foro temático, el coordinador de esa fracción, Braulio López Ochoa subrayó que ha llegado el momento de entrar a la discusión “incómoda” que incluye regular el uso del agua, atender las deficiencias de la red de distribución y cobrar más a quien más gasta el recurso.
Al encabezar el “Parlamento Climático” organizado por su grupo parlamentario en el recinto, el legislador sentenció que de acuerdo a los diagnósticos de la autoridad federal, aproximadamente el 60 por ciento del país está en sequía, la cual se ha prolongado por más de 5 años.
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“El escenario hídrico de nuestro país se ilustra de forma grave, dejar pasar desapercibida la crisis que nos sumerge es condenar a las generaciones presentes y futuras a su porvenir. No podemos detener más la discusión sobre las posibles soluciones, pero sobre todo de generar un consenso de gobernanza hídrica”, enfatizó.
La Ciudad de México pronto se quedará sin agua
En su intervención, la senadora de MC, Laura Ballesteros, advirtió que ante la crisis, es momento de aplicar medidas de remediación de emergencia inmediatas.
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Sentenció que “el día cero” para la Ciudad de México en materia de agua, cuando no haya más capacidad de suministrar el recurso hídrico a la población, está más cercano de lo que se prevé, y se estima, ocurrirá el próximo 16 de junio.
Lamentó que a sabiendas de la problemática, en la presente administración a nivel federal, el presupuesto para el agua y proyectos hídricos, se haya recortado hasta en un 35 por ciento.
Problemas con el agua
Al exponer las preocupaciones ante la crisis hídrica que pasa el país, el diputado López Ochoa Mijares indicó que a la situación se suman la sobreexplotación que presentan 101 de los 600 acuíferos en el país; así como la contaminación que de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), afecta al 60 por ciento de los sitios de monitoreo del agua.
El sistema de repartición de usos del agua ha generado esquemas de inequidad, donde “unos cuantos” acumulan y explotan el recurso, en especial industrias y grandes empresas, dijo.
Agregó que más del 50 por ciento de las minas en el país utilizan acuíferos sobreexplotados o con baja disponibilidad; aunado a que más del 70 por ciento no cuentan con permisos de descarga de aguas residuales.
También hay falta de control, monitoreo y vigilancia de concesiones de agua, que se han reducido hasta en un 70 por ciento entre 2019 y 2022.
Añadió que según el Banco Mundial, la disponibilidad del agua por persona en México también ha caído significativamente, al pasar de 10 mil metros cúbicos en 1950, a 4 mil metros cúbicos en el año 2000 y actualmente es de 3.2 mil metros cúbicos.
Si la tendencia se mantiene, para 2030, la disponibilidad bajará de los 3 mil metros cúbicos por persona, se estima.
Medidas para enfrentar el problema del agua
Al insistir en que es urgente atender la crisis, el parlamentario habló de las medidas que se requiere tomar.
Es necesario darle una ruta estratégica a la política hídrica a mediano y largo plazo, con presupuesto suficiente y atención inmediata a la infraestructura hídrica.
Cumplir el derecho de acceso al agua, obliga a adecuar la gestión de las aguas nacionales.
Se necesita restaurar y regenerar cuerpos de agua.
Fortalecer capacidades técnicas y operativas de las instituciones responsables de gestionar el agua, a nivel federal, estatal y municipal.
Establecer mecanismos sobre consultas previas a la población sobre aguas nacionales y asuntos hídricos.
Que quienes contaminen el agua, paguen; que se reduzca el uso desmedido y abusivo de concesionarios.
Promover una cultura del cuidado del agua, así como investigación científica e innovación tecnológica en la materia.
Contar con mecanismos financieros para enfrentar riesgos hídricos y no reducir, sino aumentar los presupuestos, recomendó.