Junto a otras instituciones mexicanas como el Colegio de México o el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) participó en la vigésima primera reunión anual del Foro de Ciencia y Tecnología en la Sociedad de Kioto, Japón, con la presencia de mil 400 líderes globales en ciencia y tecnología, formuladores de políticas, instituciones académicas, empresarios y medios de comunicación de cerca de 80 países, regiones y organizaciones internacionales.
El doctor Gustavo Pacheco López, coordinador general para el Fortalecimiento Académico y Vinculación de la UAM, dijo que en los últimos 16 años, esta plataforma ha generado redes de colaboración científica, industrial y gubernamental a los problemas derivados de la aplicación de la ciencia y la tecnología y contribuir a reforzar así los acuerdos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Con el tema “Sobrecarga de información: el impacto de las tecnologías en tiempo real”, se redactaron 13 puntos declaratorios a los que se suma la UAM; el primer punto de este documento trata sobre la inteligencia artificial (IA), una tecnología que mejorará la eficiencia y expandirá la toma de decisiones. Sin embargo, supone riesgos de seguridad, desplazamiento laboral, inequidad económica y mal uso, por ejemplo.
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Por otra parte, en los últimos años, la biotecnología ha mejorado la salud humana, animal y vegetal, al mismo tiempo que proporciona beneficios económicos sustanciales. A pesar de los rápidos avances tecnológicos persisten desafíos, como garantizar el acceso equitativo a costosos medicamentos y a terapias personalizadas, y el apoyo a la investigación. Se estima que para 2050 la población mundial alcance los 10 mil millones, lo que requerirá un aumento del 70 por ciento en la producción de alimentos. Enfrentar este desafío requerirá transformaciones significativas en la agricultura para mejorar la productividad, minimizar las pérdidas de alimentos y optimizar el uso del agua y el acceso a agua potable, se apunta en el escrito.
El enfoque de la agricultura climáticamente inteligente es esencial para garantizar la seguridad alimentaria, aumentar la productividad y reducir el impacto de la agricultura en el clima. Lo mejor de la ciencia, desde las TIC hasta la IA, puede ayudar a optimizar las técnicas agrícolas, se agrega.
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La creciente demanda mundial de energía y el uso continuo de combustibles fósiles son fuente importante de emisiones que exacerban el cambio climático. La cooperación internacional es esencial para una acción coordinada y respaldada por diversas tecnologías e inversiones. Para ello es importante crear estrategias para integrar la energía renovable intermitente, equilibrar la oferta y la demanda y hacer la transición hacia una red flexible y con bajas emisiones de carbono.
Los desastres naturales son cada vez más frecuentes y graves; por ello, es fundamental abordar los riesgos del cambio climático y las condiciones climáticas extremas que amenazan la infraestructura, la estabilidad socioeconómica y la dinámica geopolítica, y tomar medidas y políticas concretas para mejorar la resiliencia y apoyar la acción colectiva para las poblaciones más vulnerables, se añadió.