En el marco de la entrega de los premios “Compartir”, el Presidente del Consejo Directivo del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), Jorge Aguilar Valenzuela, remarcó que “la sociedad civil tiene una enorme claridad de que aquí estamos y aquí seguiremos incidiendo, influyendo y colaborando en grandes temas que hagan un cambio para el país.
No hay nada que veamos con mejores ojos y con mejor oportunidad que podamos abrir un camino de diálogo con el nuevo gobierno encabezado por la presidenta (Claudia) Sheinbaum, que entendamos todos que sociedad y gobierno es una fuerza que se exponencia y se multiplica cuando se trata de apoyar causas.
No podemos pensar que las causas corresponden solo al gobierno o corresponden solo a la sociedad civil. Las causas deben ser atendidas por todos.
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Y qué mejor, y así lo esperamos, y así invitamos al gobierno de la presidenta Sheinbaum: que vea en la sociedad civil un aliado, a un grupo comprometido, con una vocación, con cientos de miles de mexicanos que en forma voluntaria y pro bono dan su tiempo, su talento y su esfuerzo en buscar soluciones a muchas de las causas y problemas que sufre el país; invitamos al gobierno a que vea en la sociedad civil a este grupo de mexicanos para que juntos resolvamos de raíz muchas de las problemáticas que hoy vive el país”.
Desde el Polyforum Siqueiros de la Ciudad de México, el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), entregó los premios “Compartir” en cuatro categorías. Los galardonados fueron elegidos entre 240 postulaciones provenientes de 26 estados de la república:
El Premio al Valor social fue otorgado a la Fundación Mexicana de Apoyo Infantil A.C. (Save the Children México), por su Programa de Protección Integral para la Niñez de Familias Jornaleras Agrícolas en Sinaloa, con el que niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, migrantes y no migrantes en comunidades con alta vulnerabilidad, se les provee de alimentos, educación y salud; se propicia su derecho a la identidad a través de actas de nacimiento; busca erradica el trabajo infantil al disuadir este tipo de contratación en los campos entre las empresas agrícolas; y coordina a los guardianes de la niñez, entre líderes comunitarios, representantes de gobierno y actores clave de las cadenas productivas agrícolas para salvaguardar a niñas y niños.
“Sinaloa es el granero de México. Cada año, de noviembre a abril, miles de familias del sur del país migran para trabajar en el corte de pepino, de jitomate, de chile. Esas familias viajan con sus hijos e hijas. Muchos de los niños se van al campo a trabajar; ahi, las condiciones de marginación, explotación laboral y abandono son extremas. Cada temporada, alrededor de 15 niños y niñas mueren en esos lugares por causa de la desnutrición, deshidratación o veces por accidentes con camiones y tractores. Además, muchas niñas se convierten en madres a temprana edad por consecuencia de abusos sexuales. Este profundo contraste con la riqueza de la tierra mexicana nos recuerda que el verdadero progreso de un país no se mide sólo por lo que producimos, sino por cómo cuidamos a quienes hacen posible esta producción. Nos han amenazado, nos han robado, nos han intimidado, pero nunca, nunca nos han quitado el espíritu que nos define como organización, el de transformar la indignación en acción para cambiar la realidad de la infancia en Sinaloa”, manifestó Dirk Gkas, director ejecutivo de Save the Children en México, al recibir el galardón.
El Premio a la Innovación fue entregado a Vientos Culturales, A.C., que tras identificar que en los Altos de Chiapas había 6 intentos de suicidio al mes entre la juventud tzotzil, en el 2013 se logró disminuir este índice con la iniciativa “Kuxlejal” (vida e tzotzil). El grupo se acercó a estos jóvenes para conocer y visibilizar sus problemáticas; ellos grabaron su testimonio en un documental y posteriormente, crearon “Kuxlejal” una campaña integral para reforzar sus valores culturales y su identidad, en secundarias y preparatorias, co. maestros, psicólogos, familias y la comunidad en general; creando un entorno de apoyo integral y sostenible.
El Premio a la Suma de voluntades fue designado a Fundación Televisa y a la Asociación de Bancos de México (ABM) por el programa Bécalos, con el que se busca elevar la calidad educativa mediante la capacitación y actualización para docentes y directores y apuesta por reducir la deserción escolar por razones económicas a través de becas a estudiantes de escasos recursos y de excelencia académica en primaria y secundaria, el bachillerato, la universidad y el posgrado. Está incursión también apoya económicamente a programas formativos para niños en situación de calle y a las instituciones que los atienden. Cabe destacar en el programa participan 36 instituciones financieras, 40 educativas, 30 organizaciones de la sociedad civil, empresas y fundaciones internacionales y comunitarias; además de los más de 5 mil becarios voluntarios que realizan un boteo anual para apoyar a más jóvenes mexicanos.
Finalmente, se reconoció con el Premio al Compromiso Social fue Teresa Lanzagorta Bonilla por sus 45 años de trabajo en la inclusión de jóvenes en situaciones de riesgos, pobreza, exclusión y discriminación; por su participación en procesos de paz en Chiapas; por la creación de la red de Preparatorias en Acción Social; por fundar Servicios a la Juventud; por establecer la Red de Instituciones Especialistas en Juventud para promover políticas públicas; por su contribución a la formación de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno y al capítulo de Ciudad de México de la Red Global Jóvenes Oportunidad; y por seguir innovando y abriendo caminos al implementar el primer Bono de Impacto Social en colaboración con el Gobierno de Nuevo León.
Lanzagorta Bonilla enfatizó que “desde muy temprana edad seleccioné a la juventud como la causa de mi vida, trabajar con esa población joven que está rodeada de barreras, que no les permiten tener un desarrollo óptimo: la pobreza y como consecuencia, el abandono escolar que en los últimos años se ha agravado con otro componente, que es la inseguridad y la violencia. Este sector de población joven vive amenazado permanentemente. No tengo como buenas noticias, este 2024 sigue creciendo el número de jóvenes que no logran terminar ni siquiera su bachillerato; sigue creciendo el número de jóvenes que son secuestrados, que son asesinados, por toda la violencia que está sufriendo el país”.
Lanzagorta Bonilla también comentó que “llevamos seis años con un desprecio por parte del gobierno a la sociedad civil organizada. En muchos casos es un desprecio y en otros una persecución, en contra de lo que hacemos. No ha sido posible hacer canales de comunicación. Yo, personalmente, ¡lo intenté muchísimo! todo el sexenio pasado, de dialogar, de conversar, de construir. Siempre trabajé en construcción con todos los sectores, con el gobierno, con los empresarios, con la sociedad civil. Y estamos en un momento adverso porque no están las puertas abiertas, ¡están las puertas cerradas!.
Entonces se torna mucho más complejo el trabajo que hacemos las organizaciones sin fines de lucro, porque tenemos que hacerlo sin poder hacer alianzas con los gobiernos y sin poder incidir en las políticas públicas y en lo poquito que llevamos (de la presidencia de Claudia Sheinbaum Pardo), no veo señales de cambio; me parece que va a ser la misma política que el sexenio anterior, de cerrazón a la sociedad civil, incluso como de calumnia, ¡nos ‘cuelgan’ una serie de cosas! No digo que no existan, pero ¡no somos todos!.
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El trabajo que hacemos las organizaciones de la sociedad civil es importantísimo para el país, sí pudiéramos sumar en una calculadora la cantidad de personas que son atendidas por las organizaciones, veríamos que es una labor extraordinaria, que no compite con la del gobierno, pero la complementa; sin embargo pareciera que del otro lado no se lee así y como que quisieran quitarnos de la escena, porque ellos quieren todo el poder y toda la cancha para actuar por sí solos.
Las organizaciones trascendemos, una administración, un color, vamos más allá de una administración y de un gobierno, y entonces, es una pena porque ahorita nos sentimos en una especie de resistencia para seguir existiendo, para poder salir adelante, para ver si vienen mejores tiempos en las siguientes administraciones”.
En la entrega de los premios “Compartir”, creados por Cemefi desde hace 36 años para reconocer a las organizaciones y a las personas que “mejoran la sociedad”, Aguilar Valenzuela resaltó que México es un país en el que hay instituciones, hay personas conscientes de que lo que tenemos que hacer es enfocarnos en trabajar por el bien común; hay un entorno complejo de inseguridad y de muchos otros temas que hoy nos agobian, pero el país tiene que seguir, tiene que caminar, el país tiene que encontrar sus cauces y qué mejor que la sociedad civil organizada promueva estos esfuerzos, estas iniciativas y busque cómo incidir en un cambio.
Eso es lo que nos da una enorme satisfacción, que con la complejidad que hoy vivimos, social, económica, financiera, del tema de violencia, de la inseguridad, estemos pudiéndonos dar un espacio, para decir, ‘¡a ver!, ¡sí!, ¡este es un país complejo, con muchas problemáticas, pero hay gente que está haciendo un trabajo maravilloso por llevar este país a mejores condiciones!. Démonos el tiempo para reconocer, felicitar y agradecer a esas instituciones y a esas personas por el bien que están creando en este momento que vive el país”.
Al cierre de la ceremonia, se hizo un homenaje póstumo a Samuel Kalisch Valdez, en vida un exitoso empresario chihuahuense y ex presidente de Cemefi.