La red “México ¿cómo vamos?”, observatorio económico, comprometido con el desarrollo y crecimiento sostenido, apunta que “elevar la calidad de vida de los mexicanos debe ser la prioridad” para Claudia Sheinbaum, la primera mujer en encabezar el Ejecutivo federal.
¿Cuáles son los desafíos para Claudia Sheinbaum?
Los desafíos que enfrenta la nueva presidenta de México “en materia de finanzas públicas no son menores, el crecimiento económico es fundamental para el progreso social y la sostenibilidad fiscal y México tiene un bajo crecimiento proyectado para 2024, con un estimado anual de 1.6%”.
En un comunicado, el organismo destaca que “para los hogares son fundamentales ingresos laborales, para las finanzas públicas se requieren ingresos públicos no petroleros robustos”.
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“Un menor dinamismo económico reduce los ingresos tributarios (ISR, IVA, IEPS), limitando el margen para el gasto público en áreas clave como salud, educación y seguridad. Además, la débil actividad económica afecta el balance público y aumenta la proporción de deuda respecto al PIB” por lo que “planeación y ejecución del gasto público son necesarios para la sostenibilidad fiscal para crear fondos y fideicomisos que favorezcan la justicia intergeneracional”, se detalla en el documento.
Al señalar que “la integración del Presupuesto de Egresos de la Federación debe estar centrada en la provisión de bienes y servicios indispensables para aumentar el bienestar de las personas. Todo programa o proyecto propuesto debe de ir acompañado de su fuente de financiamiento” y “la sostenibilidad fiscal”, se insiste.
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¿Qué pasará con la deuda pública?
Al subrayar que la presentación del Paquete Económico 2025, es “la primera prueba” la agrupación destaca que “la deuda pública debe destinarse a financiar inversiones que, en el futuro, doten al país de mayores herramientas para elevar su productividad, evitando su uso para el gasto corriente. Sheinbaum asume el gobierno con el desafío de implementar una estrategia que reduzca el déficit público, con especial atención en los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSPs), la medida más amplia de deuda. Esta estrategia debe tener objetivos alcanzables y estar acompañada de una comunicación transparente con inversionistas y ciudadanos sobre el uso de la deuda”.
“Aunque la calificación de la deuda soberana de México no lo es todo, perder el grado de inversión implicaría mayores costos de financiamiento. Esto ocurre en un contexto en el que se proyecta que para 2029 los ingresos del sector público no superarán el 21% del PIB y los ingresos tributarios se mantendrán en torno al 14.5% del PIB (Criterios Generales de Política Económica 2024)”, resalta “México ¿cómo vamos?
“Sin una perspectiva clara de mayores ingresos a corto plazo, es probable que la reducción del déficit, tendrá que realizarse principalmente a través de recortes en el gasto público… se estima que el déficit público cerrará 2024 en 5.9% del PIB. Esto refleja que los ingresos públicos no son suficientes para cubrir el gasto, incluyendo los compromisos anuales de Pemex, CFE, la Banca de Desarrollo y programas pasados como el Proyecto de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público (PIDIREGAS). El Saldo Histórico de los Requerimientos del Sector Público (SHRFSP) pasó de 43.2% del PIB en 2019 a un estimado de 50.2% del PIB en 2024. Para garantizar la sostenibilidad fiscal, será necesario implementar un plan de consolidación que reduzca las necesidades de financiamiento, sin comprometer la calificación de la deuda soberana. En el documento de Pre-Criterios 2025 se mostró un esbozo de consolidación fiscal en 2025, el cual no parece ser viable, ya que el mayor recorte se encuentra en el gasto programable que contiene el gasto público en salud, educación, seguridad pública y rubros imprescindibles de progreso social”, apunta el observatorio.