SOCIEDAD

Padres de los normalistas lamentan que a 9 años sus hijos siguen desaparecidos

Los jóvenes encapuchados que participaron en la marcha realizaron pintas en los negocios que fueron tapados para evitar que se les bandalizara.

Padres de los normalistas de Ayotzinapa.
Padres de los normalistas de Ayotzinapa.Créditos: Cuartoscuro
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Han transcurrido 3 mil 285 días desde que 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron a manos de la delincuencia en Iguala, Guerrero y a pesar del cambio de gobierno, la promesa de encontrarlos no les ha sido cumplida.

Sus madres y padres han caminado cada mes en una acción global en la CDMX, con la que esperan que la gente no los olvide, que las autoridades los sigan buscando y que sus compañeros sepan que si algún día les pasa algo similar, ellos los seguirán buscarlos hasta encontrarlos.

El abogado del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Vidulfo Rosales, dijo que a nueve años y cinco del actual gobierno que prometió encontrarlos, la situación se ha vuelto crítica y la investigación se encuentra estancada porque no hay voluntad para encontrarlos.

Además acusó al gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, de ponerse del lado del Ejército, a quien responsabilizan de la desaparición debido a los vínculos que se han descubierto tenían con el grupo criminal Guerreros Unidos; de preferirlos a ellos por sobre el pueblo que lo llevó al poder.

Las madres y los padres además de estar tristes están enojados porque se criminaliza en una nueva narrativa a los estudiantes al asegurar que había infiltrados que trabajaban para el narco. Fue entonces cuando después de caminar desde el Ángel de la Independencia hasta el zócalo de la CDMX, Mario Cesar González cuestionó porque ahora se busca que Omar García Harfuch sea jefe de gobierno y no se le llama a rendir cuentas por la desaparición de los jóvenes, cuando existen pruebas de que él mismo estaba en una nómina de la delincuencia organizada cuando los jóvenes desaparecieron.

Los jóvenes encapuchados que participaron en la marcha realizaron pintas en los negocios que fueron tapados para evitar que se les bandalizara, realizaron destrozos en un restaurante de Paseo de la Reforma mientras gritaban consignas que recordaban a los normalistas desaparecidos que, a nueve años de la noche de Iguala, deberían estar dando clases en sus comunidades y tal vez, hasta formando una familia.