La presencia paritaria de las mujeres en todos los espacios de la vida pública aún requiere de cambios estructurales, afirmó Yasmín Esquivel Mossa, pues no se trata solamente de que las mujeres sean el 50% en la toma de decisiones, sino de que su ejercicio sea libre de discriminación, de violencia, y en condiciones que les permitan conciliar la vida profesional, familiar y personal, en igualdad con los hombres.
Al participar en el Seminario Internacional, Desafíos Jurídico-Políticos de la Democracia en América Latina y El Caribe: Dialogando con el Mundo convocado por el Centro Universitario Farias Brito de Brasil, consideró que, si bien en los últimos años se ha consolidado la idea de la igualdad plena de derechos entre los géneros, es prioritario alcanzar la paridad; que en la ley estén previstos los elementos indispensables para asegurar que los cargos públicos, por elección o designación, se ejerzan en partes iguales entre hombres y mujeres.
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Ello, a fin de corregir la falta de representatividad de las mujeres en la esfera pública, eliminando las barreras jurídicas, políticas, sociales y culturales, que impiden a la mujer desarrollarse con las mismas oportunidades que los hombres, en todos los ámbitos del quehacer público, sostuvo.
Durante el segundo panel de dicho seminario, Diálogo entre Cortes Constitucionales y Cortes Internacionales, la Ministra de la SCJ subrayó que la paridad es imperativa no solo por una elemental razón de justicia, sino porque al ser las mujeres la mitad de la población, en esa proporción debe reflejarse la composición de las instituciones, además de evitar que la preeminencia masculina en los órganos jurisdiccionales, genere visiones unilaterales de género en la impartición de justicia, que deriven en sentencias injustas.
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“No puede haber una impartición de justica eficaz, si en ella no se refleja la mayor composición femenina de nuestra sociedad, con las visiones, necesidades, opiniones y realidades propias del género femenino”, finalizó Yasmín Esquivel.