Los amparos promovidos por algunos pocos gobiernos estatales y asociaciones de padres de familia, contra los nuevos libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), no funcionarán, porque serán los padres de familia y maestros los que decidan si se utilizan o no esos materiales, advirtió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde Pinotepa, Oaxaca, aseguró que los conservadores se oponen a esos materiales, porque no quieren que se sepa son unos “reverendos ladrones”.
“En algunos estados no se va a poder, muy pocos, muy pocos, porque ahí se amacollaron, como dicen en mi pueblo, algunos gobernadores, una gobernadora, con un ministro deshonesto de la Corte, que así rápido les dio un amparo, pero eso no les va a funcionar”, sentenció.
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“Porque van a decidir al final de cuentas, los padres de familia, madres de familia y los maestros, ellos son los que van a decidir, no los gobernantes o autoridades corruptas”, recalcó.
“Reverendos ladrones”
El titular del Ejecutivo dijo que los opositores a los nuevos libros son conservadores que “están enojados”, porque tratan de impedir que la ciudadanía, los alumnos del país, conozcan la realidad económica y social del mismo.
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“Pero ya saben ustedes, los conservadores ¿no?, están enojados porque ellos quisieran que la gente no conociera lo que es la realidad (…) no quisieran ellos que se les descubriera que son unos reverendos ladrones, eso es lo que no quisieran ellos”.
Aseguró que los libros de la SEP que comenzarán a utilizarse a partir de este lunes, en cuanto inicie el nuevo ciclo escolar, hablan de humanismo y de ciencias.
El Presidente aclaró que su gobierno no está contra los científicos, matemáticos y químicos, por el contrario, se busca formar especialistas “pero de mucho corazón”, no con “el corazón endurecido”.
Con las nuevas publicaciones, remarcó, se pretende que los científicos del país sean “humanistas” y tengan “amor al prójimo”.
Al finalizar su evento, como sucedió en Cuajinicuilapa, Guerrero, con un “poeta” que le dedicó una composición, el Primer Mandatario cedió el micrófono a “una cantante” que interpretó la Canción Mixteca en su honor, tanto en lengua indígena, como en español.