El Estado mexicano reconoció su responsabilidad internacional y ofreció una disculpa pública por la ejecución extrajudicial de Mirey Trueba Arciniega a manos de elementos del ejército en 1988 en plena guerra contra el narco y se comprometió a garantizar la no repetición, cosa que, de acuerdo con las organizaciones acompañantes de la familia, es casi imposible por el poder que el Ejército ha obtenido en este gobierno.
En el palacio de Gobierno de Chihuahua, Marcela Martini Aguilar, oficial para México y Centro America del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), señaló que una de las recomendaciones en este caso es la garantía de no repetición y recordó que Mirey Trueba corrió porque le tenía miedo a la actuación del Ejército y esto sigue ocurriendo actualmente, especialmente por la impunidad de sus elementos y el poder que han adquirido.
Encinas Rodríguez pidió disculpas a la familia del joven de entonces 20 años, quien viajaba con su hermano y un amigo en un vehículo cuando elementos del Ejército les marcaron el alto, el joven recibió al menos 12 disparos por un alto mando que le disparó sin que el otro estuviera armado.
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Esto causó daño a la familia además de la pérdida de vida de Mirey, quien fue reivindicado en este acto encabezado por el Subsecretario de la Secretaría de Gobernación, quien pidió que no se tomara como un acto protocolario, sino como un evento de la restitución de la memoria de la víctima y de su familia.