Una juez de distrito desechó, por su manifiesta e indudable improcedencia, el juicio de amparo que interpuso el exdirector de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, contra la apertura del juicio oral por el caso Odebrecht y la admisión de diversas pruebas que presentó la Fiscalía General de la República (FGR) durante la etapa intermedia.
En su resolución, la impartidora de justicia argumentó que los actos reclamados “no son de aquellos cuya ejecución sea de imposible reparación, para efectos de la procedencia del juicio de amparo indirecto”.
Agregó que la “la admisión de pruebas y el auto de apertura a juicio oral, definen cuestiones meramente procesales, que involucran derechos de naturaleza adjetiva, los que, en todo caso, podrán ser objeto de impugnación mediante el juicio de amparo directo que eventualmente promueva contra la sentencia definitiva”.
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El exdirector de Pemex interpuso un recurso de queja para controvertir la resolución de la juzgadora, por lo que será un tribunal colegiado el que resuelva si confirma, modifica o revoca el fallo.
En su escrito, Lozoya Austin refirió que la admisión de las pruebas implica una violación a su derecho a la vida privada y al artículo 20 de la Constitución.