Edmundo Jacobo Molina presentó su renuncia, con carácter de irrevocable, al cargo de secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), dimisión que se hará efectiva a partir del 3 de abril de este año, fecha en la que Lorenzo Córdova también concluye su encargo como presidente de la institución.
En conferencia de prensa, el funcionario explicó que desde que asumió el cargo, se enfocó en diseñar un área discreta y con bajo protagonismo para evitar la politización de las actividades; sin embargo, afirmó que la notoriedad que adquirió tras los ataques que se realizaron en su contra desde el Palacio Nacional, fue el factor que lo llevó a tomar la decisión de separarse del cargo.
“La notoriedad que, sin buscarla, he adquirido por los motivos que acabo de mencionar, constituye un impedimento para continuar desempeñando con discreción y eficacia, las actividades propias de secretario Ejecutivo. Por ello, estoy convencido que, conforme a la ética de la responsabilidad, es el momento de retirarme”.
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Aseveró que el INE necesita un secretario con un nuevo blindaje y que esté alejado de los reflectores.
“Me voy, porque a la persona que en este momento ocupa la Secretaría Ejecutiva, Edmundo Jacobo Molina, se le ha politizado y no conviene en el diseño institucional que quien lo ocupe tenga ese señalamiento y esa visibilidad pública. Necesitamos otra vez un secretario que tenga el blindaje adecuado del trabajo técnico y no el cuestionamiento político, quien venga, sea una persona que honre esta posición, que le dé confianza a todos los actores, que sea imparcial, equidistante a todos los intereses políticos para hacer cumplir la responsabilidad y estar fuera de los reflectores, sería mi recomendación”.
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Jacobo Molina enfatizó que está preparado para los ataques que seguirán en su contra y advirtió que desde otras trincheras seguirá dando sus opiniones.
“No creo que cesen, al hacerme un actor político con este nivel de visibilidad, me colocaron en esa arena y estoy preparado para que sigan los ataques correspondientes, tendré más libertad para dar mis propias opiniones”.
Tras asegurar que su compromiso es defender el patrimonio que se construyó durante de décadas, el todavía secretario Ejecutivo negó que su salida y la de otros directores de área, ponga en riesgo la operación del INE, al tiempo en que mencionó que se va tranquilo y con la frente en alto, además de que entrega cuentas claras.
Cabe mencionar que la renuncia de Jacobo Molina se da a 18 días de que Blanca Lobo Domínguez, titular del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en materia Administrativa, le concedió la suspensión definitiva para que fuera restituido en el cargo, mismo que retomó el pasado 13 de marzo.