Cada año se juegan hasta 1.7 billones de dólares en los mercados de apuestas ilícitas, destacó el informe publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) por lo que urgió a los gobiernos a dar una respuesta internacional unificada a las prácticas corruptas que pueden darse en el mundo deportivo.
“El Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, también revela la escala, manifestación y complejidad de la corrupción y la delincuencia organizada en el deporte a nivel mundial, regional y nacional. Se desarrolló en colaboración con casi 200 personas expertas y es el estudio más exhaustivo de su tipo hasta la fecha y autoridades de México participaron en su elaboración”, enfatizó Unodc.
Destaca Naciones Unidas que “si bien la corrupción en el deporte no es un fenómeno nuevo -se han documentado actividades fraudulentas en el manejo de instituciones y competiciones deportivas desde los antiguos Juegos Olímpicos-, en las dos últimas décadas se produjo un aumento sustancial de las actividades delictivas en este ámbito”.
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“En efecto, la globalización, la enorme circulación de dinero, el rápido crecimiento de las apuestas legales e ilegales y los avances tecnológicos que transforman la forma de practicar y consumir el deporte lo hacen cada vez más atractivo para las redes delictivas que buscan explotarlo para obtener beneficios ilícitos”, indicó.
El Informe Global desglosa un amplio abanico de temáticas, analizando el impacto de las apuestas ilegales, la manipulación de la competición, los abusos en el deporte, la vulnerabilidad de los grandes eventos deportivos a la corrupción y la influencia de la delincuencia organizada, entre otros.
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De igual forma, destaca el cambiante panorama del deporte y su relación con las prácticas corruptas, las iniciativas existentes para abordar este problema, las cuestiones relacionadas con la detección y la denuncia de las irregularidades, así como la forma en que pueden aplicarse los marcos jurídicos existentes para abordar la corrupción en este ámbito.
Tras lo anterior, urge a los gobiernos como a las organizaciones deportivas a fortalecer los marcos legales, políticos e institucionales para prevenir y responder a las diferentes manifestaciones de la corrupción y la delincuencia en el deporte a nivel global, regional y nacional.
Además, a desarrollar y aplicar políticas integrales anticorrupción en el deporte, centradas en combatir la corrupción relacionada con la organización de grandes eventos deportivos, la manipulación de competiciones, las apuestas ilegales y la participación de la delincuencia organizada en el deporte.
También a promover y aumentar la cooperación y el intercambio de información y buenas prácticas, así como mejorar la comprensión de las relaciones entre la corrupción y la delincuencia organizada en el deporte.