¿Ya comenzaste a cuidar tu salud con ejercicios y dietas y aun así no ves resultados? Quizá sea momento de revisar tu salud emocional, está también puede ayudarte a perder peso ¿Lo sabías?
De acuerdo con un estudio realizado por el Consumer Reports National Research Center y la Asociación Americana de Psicología (APA) las emociones juegan un papel fundamental a la hora de perder peso.
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El estudio reveló que el peso está ligado a las emociones, ya que estás pueden alterar nuestros patrones de ingesta alimentaria, por eso si queremos perder peso debemos hacer caso a nuestras emociones.
Comer emocionalmente
Desde niños nos han inculcado que la comida es una recompensa, por ello si una pequeña llora se le da un helado, paleta o cualquier antojo para saciar ese dolor, angustia o tristeza.
Por lo que conforme pasan los años esos patrones de la recompensa alimenticios se van quedando y cuando nos sucede algo nos recompensamos comiendo. ¿Recuerdas la típica escena de la joven deprimida consolándose con un enorme bote de helado?
Por eso, si te sientes mal o pasas por un momento difícil, debes recordar que la comida no es la solución, para ello procura desprenderte de dichas conductas, con tal de no asociar bienestar emocional con comida.
Dietas y emociones
Otra forma de cuidar tu salud emocional es no martirizándote, si la dieta no está funcionando, si ves que tus esfuerzos no dan resultado o que son los mínimos esperados, recuerda que Roma no se hizo en un sólo día.
La presión emocional que ejercemos sobre nosotros, es también un factor importante para evitar el famoso estancamiento o el efecto rebote, que tanto nos molesta.
Recuerda que, si tu objetivo es estar en forma, conseguir la figura ideal y cuidar tu salud debes tomarlo con calma, no presionarte y sobre todo disfrutar tu momento, cuida primero tu salud emocional y verás que perder peso será más gratificante de lo que pensaste.