El equilibrio entre mente y cuerpo es esencial, sobre todo cuando se trata de padecimientos de orden psicológico.
Bajo la premisa de obtener una mejor autoestima, más confianza y seguridad personal, la práctica habitual del deporte conlleva a una mejora también en la salud mental.
Para ayudarnos a llevar a cabo estas actividades y hacerlas parte de nuestra rutina diaria, existen algunas aplicaciones online, tal ese caso de Gympass, un programa bienestar corporativo, y Ifeel, que recoge las actividades deportivas que mejor responden a los trastornos psicológicos más comunes de la sociedad actual.
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El informe se centra en el conocimiento de los expertos y en los estímulos percibidos por los pacientes que acuden a su servicio. Es sumamente importante conocerse a uno mismo, sus metas y límites, ya que no todas las actividades deportivas son adecuadas para cualquier persona.
La clave para el psicólogo a la hora de proponer la actividad física como un complemento al trabajo terapéutico es no dejarse guiar por recetas estereotipadas que puedan ser aplicables a cualquier persona.
Las características del individuo, el objetivo que persiga y su contexto son elementos a tener en cuenta a la hora de recomendar una actividad física. "Hay que dialogar con cada individuo para saber dentro de sus características y sus gustos qué es realista que haga", comenta el experto de Ifeel.
La clave entre la salud mental y el deporte está en la perseverancia y en la correcta elección de la actividad según el trastorno que se padezca .
Un deporte para cada problema
- Ansiedad-Yoga: Esta disciplina tanto física como mental que ayuda a controlar la respiración, gestionar las emociones y conseguir consciencia sobre el cuerpo.
- Depresión-Boxeo: Ya sea en el ring o contra un saco se liberan grandes cantidades de endorfina, un refuerzo natural del estado de ánimo. Además, potencia la confianza y la autoestima.
- Ataques de pánico- Pilates: esta actividad ayuda a aquellos que son propensos a los ataques de pánico a dominar su cuerpo y a controlar los impulsos. Aporta capacidad de concentración, útil ante un posible ataque de pánico.
- Insomnio-Running: para este tipo de patologías resulta muy beneficioso practicar deportes como el running. Mejora la circulación sanguínea y la frecuencia cardíaca que permite que el cuerpo se relaje y facilita el descanso.
- Falta de habilidades sociales-Deportes en equipo: las dificultades de interacción con los demás están relacionadas con la falta de destrezas comunicativas y problemas de autoestima. Deportes como fútbol, baloncesto o voleibol son ideales para mejorar las relaciones sociales. Los mensajes sencillos y claros son clave en este tipo de prácticas.
- Dificultades con la soledad-Natación: la natación es un deporte que se practica de manera individual, por eso puede ser conveniente para aquellas personas que no toleren bien estar solas. Aísla del exterior y ayuda a centrar la atención en uno mismo en un espacio en el que estamos solos.
- Problemas de pareja-Bailes de salón: cualquier deporte en pareja puede resultar eficaz, pero los bailes de salón son los mejores aliados. Fomentan el contacto físico, la coordinación de ambos, pueden ser divertidos y mantiene a la pareja entretenida en una acción compartida y no discutiendo.
- Baja autoestima-Ciclo indoor: el deporte en general resulta muy beneficioso para los problemas de autoestima. Favorece la producción de neurotransmisores relacionados con el placer, relaja y ayuda a tener un cuerpo más tonificado. Todo esto mejora la manera en la que nos vemos. Ciclo indoor ayuda a quemar grasa y tonificar mientras disfrutas de un rato en compañía y música.
- Duelo-Karate: para aquellos que han perdido a un ser querido resulta beneficioso practicar deportes como karate. Ayuda a descargar emociones y favorece el anclaje en el aquí y ahora.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)-Taichi: el Taichi requiere un entrenamiento riguroso, una alta concentración, coordinación y control sobre el cuerpo. Desarrollar estas capacidades es muy beneficioso para el abordaje del TDAH.