El ejército de Estados Unidos llega a Puerto Rico con un despliegue de gran escala en medio de la escalada de tensiones con Venezuela.
Maniobras militares en el Caribe
La Armada y la Infantería de Marina realizan ejercicios de desembarco anfibio en Punta Guilarte, Arroyo, mientras la Casa Blanca sostiene que estas acciones forman parte de su estrategia contra el narcotráfico en la región.
El operativo incluye a más de 4 mil 500 efectivos de la 22ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina a bordo de tres buques —el USS Iwo Jima, USS San Antonio y USS Fort Lauderdale—. Las maniobras buscan perfeccionar técnicas de patrullaje, reconocimiento y supervivencia en un entorno tropical desafiante.
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Este despliegue ocurre días después de que Donald Trump anunciara el ataque contra una embarcación vinculada al Tren de Aragua, en el que murieron once presuntos narcotraficantes.
Escalada de tensión con Venezuela
El arribo militar coincide con la decisión del Pentágono de enviar diez cazas F-35 a una base aérea en Puerto Rico. La medida se produjo luego de que dos aviones F-16 venezolanos sobrevolaran el destructor USS Jason Dunham en aguas internacionales, lo que fue calificado por Washington como una “maniobra provocativa”.
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Trump advirtió públicamente que cualquier amenaza contra militares estadounidenses será respondida con el derribo de aeronaves venezolanas. El presidente también señaló que su estrategia es “fuerte” contra los cárteles y que se reducirá el tráfico marítimo en la zona conocida como “el corredor”.
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Reacciones en la región y en Puerto Rico
El congresista Carlos Giménez afirmó que el despliegue de aviones en Puerto Rico envía “una señal muy clara” a Nicolás Maduro de no repetir actos provocativos. Sin embargo, el Partido Independentista Puertorriqueño exigió la cancelación de cualquier plan de “remilitarización” de la isla, recordando las décadas de prácticas militares de EU en Vieques y Culebra.
En paralelo, líderes independentistas y algunos sectores sociales han pedido abrir un proceso de descolonización y limpiar los terrenos aún contaminados por municiones sin detonar.
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Un Caribe bajo presión
El episodio más reciente que avivó la crisis fue el ataque estadounidense a la supuesta narcolancha venezolana. Caracas calificó la operación como un montaje y acusó a Washington de usar el narcotráfico como pretexto para forzar un cambio de régimen y apropiarse de recursos naturales.
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Mientras tanto, Estados Unidos reforzó su presencia en el Caribe con ocho buques militares, un submarino de propulsión nuclear y ahora cazas de última generación en Puerto Rico, consolidando la percepción de que la isla se ha convertido en el epicentro de la estrategia estadounidense frente a Venezuela.
