El presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró este viernes que la clave para resolver la guerra en Ucrania está en erradicar lo que considera las causas de fondo de la crisis.
Durante un encuentro con medios locales, subrayó que el idioma ruso, la independencia y la protección de la Iglesia ortodoxa en Ucrania son asuntos que deben formar parte de cualquier negociación.
“Lo principal es erradicar las causas que dieron origen a esta crisis. Y, por supuesto, las cuestiones humanitarias y de seguridad”, declaró el mandatario, quien insistió en que estos temas deben ser la base de una paz “duradera, sin restricciones temporales”.
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¿Cuáles condiciones siguen vigentes?
Putin recordó que en junio de 2024 Moscú formuló de manera clara sus objetivos y que dichos planteamientos siguen sobre la mesa. Entre ellos, la retirada de las tropas ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón, además del reconocimiento de estos territorios, junto con Crimea y Sebastopol, como parte de la Federación Rusa.
El plan ruso también exige la neutralidad, la desnuclearización, la desmilitarización y la “desnazificación” de Ucrania. Pese a estas condiciones, el presidente afirmó estar dispuesto a esperar si Kiev no está preparado para negociar.
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¿Qué dijo sobre Zelenski?
Putin puso en duda la legalidad del actual gobierno ucraniano al señalar que el mandato del presidente Vladímir Zelenski expiró en mayo de 2024. Aseguró que esta situación afecta la legitimidad de las instituciones y complica la firma de acuerdos con reconocimiento internacional.
“No quiero entrar en detalles, pero la Constitución ha sido claramente violada”, sostuvo.
El líder ruso afirmó que la iniciativa en el frente está “completamente en manos de las Fuerzas Armadas de Rusia” y que se avanza en el cumplimiento de los objetivos de la operación militar. Recalcó que cualquier solución debe basarse en las realidades del terreno y no en expectativas “excesivas” planteadas públicamente.
Finalmente, Putin reiteró que las conversaciones deben mantenerse “en silencio” y con calma, lejos de los reflectores mediáticos, ya que lo importante es garantizar la seguridad a largo plazo de Rusia, en especial ante lo que Moscú percibe como una amenaza: la expansión de la OTAN y la falta de protección de la población rusoparlante en Ucrania.
