Durante el velatorio del expresidente José “Pepe” Mujica, realizado este jueves en el Palacio Legislativo de Montevideo, el escritor y exguerrillero tupamaro Mauricio Rosencof fue el encargado de rendirle un último homenaje. Lo hizo con un poema cargado de memoria, dolor y fraternidad, escrito en los años en que ambos compartieron prisión durante la dictadura militar uruguaya.
La ceremonia se llevó a cabo tras la muerte de Mujica, quien falleció el pasado martes en Montevideo a los 89 años, tras una larga batalla contra el cáncer de esófago que más tarde afectó su hígado.
¿De qué trató el poema que Rosencof leyó en el funeral?
Rosencof, visiblemente emocionado, recordó durante su intervención el tiempo que compartieron como presos políticos: “Se dice que estuvimos 13 años sin vernos, pero no estábamos incomunicados. Reinventamos el morse”, dijo en referencia a los métodos que usaban para comunicarse entre celdas, a través de golpes en los muros.
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El autor relató que, en medio de ese encierro, solían enviarse mensajes y poemas breves que nunca llegaban a destino: “Los tres teníamos a las compañeras en la cárcel y queríamos mandarles alguna cosa. Nunca les llegó y nunca recibimos”.
Se refería también al exministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro, otro de los históricos integrantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
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Rosencof recordó además cómo, años después, él, Mujica y Fernández Huidobro volvieron al calabozo donde estuvieron recluidos, esta vez como autoridades de gobierno. “Para reencontrarse con el calabozo donde dejamos tantas conversaciones”, dijo.
Cerró su intervención con una pieza poética escrita en aquellos años de encierro, bajo la mirada atenta de Lucía Topolansky, viuda de Mujica, y del presidente Orsi.
“¿Te acordás de esos días, Pepe? Vivimos bajo tierra, aislados, sin vernos y sin libertad. Reinventamos el morse a golpe de nudillo, abriendo en el muro una ventanita a la vida. Si este fuera mi último poema, insumiso y triste, raído pero entero, tan solo una palabra escribiría: compañero.”
El público respondió con aplausos emocionados, despidiendo no solo a un expresidente José Mujica, sino a Mauricio Rosencof que convirtió la lucha en un legado y la prisión en poesía.
