La salud del papa Francisco ha sido una de las principales preocupaciones para fieles y observadores del Vaticano en esta Semana Santa 2025.
Y aunque su agenda litúrgica estuvo casi completamente vacía por su proceso de recuperación, sorprendió al reaparecer públicamente este Domingo de Resurrección, generando reacciones positivas sobre su estado de salud.
¿Qué dijo el papa Francisco este Domingo de Resurrección?
Después de estar ausente en todos los ritos de Semana Santa, con excepción de una breve visita a la cárcel Regina Coeli el Jueves Santo, el papa Francisco se dejó ver en el balcón central de la basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi.
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Aunque no ofició la misa, que estuvo a cargo del cardenal Angelo Comastri, el sumo pontífice argentino sí saludó a la multitud y permitió que su mensaje pascual fuera leído por su maestro de ceremonias, Diego Ravelli.
En cuanto a su condición, el papa se mantuvo sentado en su silla de ruedas durante toda la ceremonia y, a diferencia de ocasiones anteriores, ya no usó las cánulas de oxígeno.
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Este detalle fue interpretado por algunos como una señal de mejora en su estado salud, quien recientemente pasó 38 días internado por una neumonía bilateral y fue dado de alta apenas el 23 de marzo.
Después del acto litúrgico, dio otra sorpresa al recorrer la plaza de San Pedro en el papamóvil, saludando a los cerca de 50 mil fieles reunidos en el lugar. Incluso se detuvo para bendecir a algunos niños, aunque su movilidad aún se nota limitada.
Más allá de su estado físico, aprovechó el mensaje de Pascua para abordar temas urgentes: condenó la carrera armamentista, pidió paz para Ucrania, Gaza, el Sahel y otros puntos en conflicto, y expresó su preocupación por las crisis humanitarias en Siria, Yemen y Sudán.
También sostuvo un breve encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, a quien recibió en su residencia para intercambiar saludos de Pascua, lo cual muestra que, aunque está en recuperación, sigue activo en asuntos clave del Vaticano.
Por ahora, aunque se le ve frágil, su aparición en este Domingo de Resurrección envía una señal clara: la salud del papa Francisco evoluciona, y aunque el camino aún no está del todo despejado, él continúa firme en su labor espiritual y diplomática con los cuidados que su condición requiere.
Con información de EFE.