Un nuevo decreto firmado por el papa Francisco ha sido emitido por el Dicasterio para el Clero, con el objetivo de reformar la manera en que se gestionan las ofrendas de los fieles por las intenciones de misa.
El documento busca frenar prácticas consideradas “abusivas” en varias partes del mundo y actualiza la normativa “sobre la disciplina de las intenciones de la Santa Misa”.
Estas intenciones son aquellas peticiones especiales que los creyentes solicitan a los sacerdotes, generalmente acompañadas por una ofrenda económica. Aunque este gesto ha sido tradicional, ahora se establece un mayor control sobre su uso.
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¿Qué establece el nuevo reglamento sobre las ofrendas?
El documento reitera que es lícito que los sacerdotes reciban una ofrenda por misa con una intención particular.
Sin embargo, se advierte que no deben acumular varias intenciones en una sola misa, a menos que todos los oferentes lo hayan autorizado explícitamente y hayan sido informados previamente. El silencio, aclara el decreto, no puede considerarse como consentimiento.
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Además, se enfatiza que los sacerdotes solo podrán quedarse con una ofrenda, mientras que las demás deberán ser destinadas a parroquias necesitadas, especialmente en regiones de misión. También se recomienda favorecer las misas diarias de intención única, para preservar la integridad de esta práctica.
¿Qué otras restricciones impone el documento?
Otra de las normas destaca que es gravemente ilícito aceptar ofrendas durante celebraciones que no sean misas, como simples actos de palabra o recordatorios.
Respecto a los sacramentos, el decreto establece que los sacerdotes no deben pedir nada más allá de lo fijado por la autoridad competente, con el fin de evitar que los más pobres se queden sin acceso a los sacramentos por no poder costearlos.
En palabras del texto, “la Misa no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y alimento para los débiles”, por lo que su práctica no debe estar condicionada por el dinero ni verse envilecida por abusos.
Con esta reforma, el papa Francisco impulsa un cambio profundo en las misas católicas, estableciendo reglas más claras sobre las ofrendas y reforzando la idea de que la fe no debe tener precio. Con información de EFE