Gustavo Petro, el presidente de Colombia, reconoció que el Cártel de Sinaloa, la organización criminal fundada por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, es el jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo guerrillero insurgente y terrorista de extrema izquierda colombiano.
"Los dueños de esas estructuras no son comandantes colombianos, son los que compran la cocaína de origen mexicano. El cartel de Sinaloa es el jefe actual del ELN", aseguró el mandatario izquierdista en un discurso que dio durante su visita en la ciudad de Bucaramanga.
Desde enero de este año, el gobierno colombiano lanzó una ofensiva militar contra los grupos rebeldes en la frontera con Venezuela, específicamente en la región del Catatumbo. Esta área, identificada por la ONU como una de las zonas con mayor concentración de cultivos de hoja de coca, base para la producción de cocaína, ha sido escenario de intensos enfrentamientos. El operativo se intensificó luego de que un grupo armado atacara a la población civil y a miembros de una facción disidente de las extintas FARC, lo que dejó un saldo confirmado de al menos 53 muertos, ocho desaparecidos y más de 50 mil desplazados.
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Colombia fortalece sus vínculos con el cártel de Sinaloa
Actualmente, Colombia es el principal país productor de cocaína en el mundo y desde hace al menos una década se conocen los vínculos entre sus grupos armados con el cártel de Sinaloa, una organización criminal que atraviesa por un proceso de desfragmentación tras la captura de su cofundador, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, ocurrida en julio del 2024.
En enero, el concejal de Bogotá, Julián Sastoque, reveló un informe policial de 2023 que señala cómo la guerrilla de origen guevarista, fundada hace seis décadas, junto con otras organizaciones armadas colombianas, han establecido alianzas criminales internacionales. Según el informe, estas organizaciones están negociando con el cártel de Sinaloa mediante el intercambio de clorhidrato de cocaína por armamento especializado.
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Aunque desde 2022 el ELN había participado en mesas de negociación de paz con el gobierno de Gustavo Petro, la reciente ola de violencia en el Catatumbo llevó al presidente a suspender los diálogos. En respuesta, Petro ordenó el despliegue de más de 10 mil soldados en la región, donde ya se han reportado los primeros enfrentamientos.