Hace 23 años el Parlamento de Holanda aprobó una ley que permite la eutanasia. Fue una primicia. Para liberales y humanistas, fue un paso revolucionario; pero para los círculos religiosos y conservadores, se trató de un pecado mortal. La revolucionaria ley fue iniciativa de quien fuera Ministra de Salud, Els Borst.
“En otros países también ocurre, pero ocurre completamente a escondidas. Algo tan importante como poner fin a la vida por medio de un médico debe ser algo transparente”.
Desde entonces, miles de personas han solicitado pedir el fin a su existencia tras cumplir estrictos criterios avalados por el médico, como sufrir dolores indescriptibles, una enfermedad incurable y pedir de manera reiterada la eutanasia para liberarse del sufrimiento.
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En 2003 la eutanasia se aplicaba a menos de 2 mil personas en el país.
El año pasado, 2024, casi 10 mil personas fallecieron por eutanasia en los Países Bajos.
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De acuerdo con los Comités Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE), en la mayoría de los casos, fueron personas que llevaban mucho tiempo luchando contra enfermedades pulmonares, vasculares y físicas, como cáncer.
El número de personas que pide eutanasia en Holanda ha ido creciendo al paso de los años.
Los expertos sostienen que los incrementos responden a una población de la tercera edad en crecimiento, así como un incremento en el número de personas con enfermedades graves y prácticamente sin cura.
La mayoría de las personas que se someten a una muerte asistida en el país naranja tiene entre 70 y 80 años.
En Europa, la legislación ha avanzado al paso de los años. Esto se debe a la evolución de las actitudes, los avances en la tecnología médica y el envejecimiento de la población.
Varios países de la UE se encuentran a la vanguardia de estos cambios legales. Bélgica, España, Luxemburgo y los Países Bajos, figuran a la cabeza con legislaciones vigentes que permiten que un médico administre la eutanasia.
Alemania, Italia y Austria por su parte, solo permiten el suicidio asistido, es decir, la muerte producida por el paciente mediante la ingestión de sustancias letales con la ayuda deliberada de un tercero.
Además, varios países de la UE están trabajando en el marco jurídico que permita la eutanasia o la muerte asistida. Entre ellos se encuentran Irlanda, Francia, Chipre, Malta, Portugal y Eslovenia.
Fuera de Europa, en Suiza el suicidio asistido es una práctica despenalizada, mientras que en el Reino Unido, la muerte asistida fue legislada desde el pasado 20 de junio en Inglaterra y Gales.
La eutanasia sigue siendo un tema muy controvertido. En la mayoría de los países del mundo, la eutanasia activa está prohibida y la eutanasia pasiva no está permitida.
Sin embargo, la actitud hacia la llamada muerte dulce está cambiando. Un estudio de 2023 analizó la situación en 35 países desarrollados o emergentes, y concluyó que en 31 de ellos, los ciudadanos se habían vuelto más favorables a la eutanasia en los últimos 40 años, en México y Corea del Sur, permanecieron virtualmente igual, en tanto que solo en Grecia y Turquía hubo un posicionamiento de retroceso.
