La Policía Nacional española, en coordinación con la DEA de Estados Unidos y autoridades de Países Bajos, desmanteló la que describen como la “oficina” del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en territorio europeo.
La red, que operaba con logística empresarial, maquinaria industrial y vínculos con la mafia italiana, terminó expuesta tras meses de investigación y un golpe quirúrgico a nivel internacional.
¿Cómo operaba el CJNG en España?
La operación, bautizada como Oyamel, dejó al descubierto un engranaje criminal que funcionaba como una auténtica empresa transnacional. Según la Policía Nacional, los 20 detenidos —entre ellos miembros de la camorra napolitana y dos objetivos prioritarios de la DEA— introducían en España grandes cantidades de cocaína y metanfetaminas procedentes de Sudamérica, siempre ocultas en maquinaria industrial de gran tonelaje.
Te podría interesar
La incautación habla por sí sola: 1,870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 275 mil euros en efectivo, 15 mil dólares en criptomonedas, tres armas cortas, 15 vehículos y 14 kilos de plata.
La organización contaba incluso con un empresario español, responsable del soporte logístico, la recepción de la maquinaria y el presunto lavado de dinero a través de varias sociedades mercantiles.
Te podría interesar
¿Por qué España era clave para la expansión del CJNG en Europa?
Los agentes de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) detectaron que España funcionaba como punto de entrada y redistribución.
Las rutas operaban desde una finca en Ávila, considerada el centro de operaciones, con extensiones activas en Bilbao y Valencia, zonas donde se realizaban movimientos clave para la distribución europea.
En Talavera de la Reina, en Toledo, se localizó otro eslabón vital: ahí se recibía la maquinaria industrial cargada con droga y se preparaban los envíos hacia Italia, donde los operadores mexicanos tenían conexión directa con la camorra.
La investigación determinó que el CJNG había reactivado su estructura operativa este año ante la llegada de un nuevo cargamento. Para ello, el cártel envió nuevos miembros mexicanos, reforzando su red y aprovechando el entramado empresarial del empresario español ya señalado.
