Estados Unidos y China dieron este 30 de octubre, un inesperado giro hacia la distensión. Tras un encuentro en Corea del Sur entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, ambas potencias anunciaron una serie de acuerdos económicos y diplomáticos que suponen una tregua parcial en la guerra comercial que ha marcado su relación en los últimos años.
La reunión, celebrada en la Base Aérea de Gimhae, en la ciudad portuaria de Busan, duró menos de dos horas, pero dejó resultados significativos. “Diría que, en una escala del 1 al 10, la reunión fue un 12”, declaró Trump con entusiasmo desde el Air Force One, al regresar a Washington.
Rebaja de aranceles y cooperación antidrogas
El principal acuerdo fue la reducción de los aranceles que Estados Unidos impuso a China, vinculados al tráfico de fentanilo. Trump anunció que el gravamen pasará del 20 % al 10 %, asegurando que Pekín mostró “una disposición real a colaborar” para frenar la exportación de esta sustancia y sus precursores químicos.
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“Acordamos que él va a trabajar muy duro para detener el flujo. Va a trabajar muy duro en los precursores, y creo que vamos a ver acciones reales”, subrayó el mandatario estadounidense.
Con este ajuste, los aranceles totales sobre productos chinos se reducen del 57 % al 47 %. De forma paralela, ambos países suspenderán durante un año las tasas portuarias que habían reactivado en octubre, un gesto que los analistas ven como un intento de reconstruir confianza.
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China relaja restricciones y retoma compras agrícolas
Otro punto relevante fue el levantamiento temporal de las restricciones a la exportación de tierras raras, minerales estratégicos dominados por la industria china. Xi Jinping decidió aplazar durante un año las medidas impuestas el 9 de octubre, lo que podría aliviar la presión sobre sectores tecnológicos y energéticos de Estados Unidos.
Trump, por su parte, celebró que China retomará la compra de soja estadounidense, uno de los productos agrícolas más afectados por la guerra comercial. El Ministerio de Comercio chino confirmó que ampliará las importaciones de productos agrícolas norteamericanos, aunque sin especificar cuáles.
Una tregua, no un acuerdo definitivo
Pese al tono optimista, varios analistas consideran que los acuerdos constituyen una tregua temporal más que una solución de fondo. Expertos de Van Eck Associates y Capital Economics coincidieron en que los anuncios “calman el panorama, pero no eliminan las tensiones estructurales” entre las dos potencias.
El acercamiento llega después de meses de tensiones comerciales reactivadas por Washington en abril, y a pocos meses de que ambos países enfrenten nuevos desafíos en materia tecnológica, energética y militar.
TikTok, chips y temas pendientes
Uno de los asuntos más esperados, el futuro de TikTok en Estados Unidos, no fue abordado directamente. La legislación estadounidense obliga a la plataforma a desvincularse de su matriz china para continuar operando, pero Trump solo adelantó que “se gestionará adecuadamente”.
Tampoco se discutió el acceso de China a los chips avanzados Blackwell de Nvidia, ni la cuestión nuclear, a pesar de que el presidente estadounidense había anunciado minutos antes de la reunión la reanudación de pruebas nucleares por parte de su país.
Silencio sobre Taiwán y tensiones geopolíticas
Uno de los grandes ausentes de la reunión fue Taiwán, tema sensible para Pekín. Trump confirmó que “no lo discutimos, de hecho”, lo que marca una diferencia con su predecesor, Joe Biden, quien había prometido defender a la isla en caso de agresión china. El republicano ha mostrado una postura más ambigua, incluso acusando a Taipéi de “robar” la industria de los chips estadounidenses.
Ucrania, el único tema internacional tratado
El presidente Trump reveló que la guerra en Ucrania fue un tema central durante su conversación con Xi, socio estratégico de Moscú. “Hablamos de ello durante mucho tiempo. Ambos vamos a trabajar juntos”, aseguró, aunque el gobierno chino no confirmó esa parte del diálogo.