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Relleno de labios, bótox en la frente, corrección de la papada, reducción o aumento mamario.
El número de intervenciones cosméticas entre los jóvenes a partir de los 18 años está aumentando en Europa.
La popularidad de los procedimientos cosméticos entre los jóvenes de entre 18 y 25 años se ha duplicado en la última década. Cada vez más jóvenes optan por tratamientos inyectables o estéticos.
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Este incremento, ha ido de la mano del crecimiento de las clínicas, se han multiplicado por cinco, con lo cual se han reducido las barreras de acceso, ya que los clientes tienen más opciones y a precios asequibles.
Los expertos destacan la influencia que están teniendo las redes sociales en este fenómeno, y es que son un factor en la autoestima de los jóvenes.
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La exposición constante a la perfección filtrada crea un deseo de tener características físicas similares a lo que ven en pantalla.
De acuerdo con la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales, en diez Estados miembros de la Unión Europea, los niños tienen derecho a tomar decisiones autónomas sobre sus tratamientos médicos a partir de los 18 años de edad, por ejemplo, Francia, Italia y Rumanía.
En seis países europeos, incluyendo Holanda y Portugal, los niños pueden recibir tratamientos médicos sin la aprobación de los padres a partir de los 16 años, aunque son casos muy particulares, por ejemplo, cuando alguien sufre psicológicamente por un problema físico.
Pensemos en la corrección de orejas prominentes; la reducción de pecho o el tratamiento por tener exceso de vello.
En Dinamarca y Eslovenia, la edad mínima es 15 años para recibir tratamientos médicos sin el consentimiento de los padres, aunque se evalúa caso por caso y depende de la madurez del paciente.
En otros siete países, incluyendo Austria, Bélgica y Alemania, no existe una edad mínima; cada situación se trata de forma individual en función de la madurez del niño.
Si bien estamos hablando sobre decisiones relacionadas con tratamientos médicos, este derecho, está siendo cada vez más explotado por los niños para reclamar un cambio estético, y aquí es donde está el dilema al que se enfrentan hoy en día los médicos europeos, quienes tienen la responsabilidad de marcar la línea entre lo que es capricho estético o una necesidad médica.
En algunos países el debate político se está centrando en la edad. Por ejemplo, en Holanda, la diputada democristiana Joba van den Berg ha propuesto aumentar de 18 a 21 años la edad mínima para los tratamientos cosméticos.
Dice que el objetivo es proteger a las personas de sí mismas y darles más tiempo para que adquieran experiencia de vida.
Otros países, como el Reino Unido, le apuestan a trabajar con las redes sociales.
El Gobierno laborista colabora con TikTok para hacer llegar a los potenciales pacientes información más fiable y contrastada. De manera que estén mejor informados sobre las consecuencias, riesgos y las opciones más seguras.
