Tras 24 años aferrado al poder en la Siria que heredó de su padre, Hafez, quien a su vez lo tomó en 1971, el presidente Bachar al Assad cayó este domingo tras 12 días de una vertiginosa ofensiva de una coalición islamista rebelde que asegura haber "liberado" al país árabe de las garras de un mandatario despiadado con todo atisbo oposito.
Vladímir Putin concede asilo político a Al Assad
El depuesto presidente sirio, llegó este domingo a Rusia, cuyas autoridades le dieron refugio tras apoyar militarmente a su régimen durante la última década.
“Asad llegó junto a los miembros de su familia a Moscú. Rusia, partiendo de criterios de carácter humanitario, le ofreció asilo", informó una fuente del Kremlin a las agencias de noticias locales.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó en 2015 una operación militar que impidió entonces el derrocamiento de Asad y la toma del poder en Damasco por el Estado Islámico.
El Kremlin aboga por negociaciones bajo la ONU
Aunque Rusia participó muy activamente en la guerra en el bando de Damasco -el ejército ruso informó de que había bombardeado en las últimas dos semanas las posiciones rebeldes en Alepo e Idlib-, este domingo pidió negociaciones.
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"Rusia siempre abogó por la búsqueda de una solución pacífica a la crisis siria”, dijo la fuente del Kremlin, en alusión a las consultas en el Formato de Astaná que apenas dieron fruto durante los últimos años.
El Kremlin añadió que las negociaciones deben reanudarse “bajo la tutela de Naciones Unidas". De hecho, su embajador adjunto ante la ONU, Dmitri Polianski, solicitó consultas urgentes a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU para la segunda mitad del lunes.
¿Rusia participó en la caída de Al Assad?
Aunque se le dio asilo, Rusia asegura no haber participado en las negociaciones con representantes de facciones armadas para que Al Asad dejara el poder.
¿Rusia ha sido refugio de líderes derrocados?
En el pasado otros líderes depuestos también encontraron cobijo en Rusia, el más reciente el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, que fue derrocado en febrero de 2014 tras la revolución del Euromaidán.
También recibió asilo en Moscú el presidente kirguís, Askar Akáyev, que tuvo que abandonar el país tras la Revolución de los Tulipanes en marzo de 2005.
Y el azerbaiyano Ayaz Mutalíbov, primer presidente de esa república exsoviética, quien huyó en mayo de 1992 a la capital rusa en medio de la guerra con Armenia por el control del enclave de Nagorno Karabaj.
El mandato de Al Asad se enfrentó a un creciente descontento popular por la grave crisis económica y la escasez de productos básicos, que ha llevado a la inmensa mayoría de la población a sufrir inseguridad alimentaria y a vivir por debajo del umbral de la pobreza. Ahora, queda esperar para conocer el futuro del pueblo sirio, pues su exmandatario ya se encuentra cobijado por el gobierno ruso.
Con información de EFE