La dramática historia del submarino Titán, que se perdió en una exploración hacia los restos del Titanic, nos hace recordar la del submarino que explotó por transportar armas nucleares.
Un hecho que concluyó con un trágico final en donde perdieron la vida 118 tripulantes, quienes pasaron 7 días perdidos en el mar.
Hablamos del Kursk, un submarino nuclear de ataque de la Marina de Guerra rusa que sufrió una tragedia que conmocionó al mundo entero.
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El Kursk, el Titanic de las profundidades
Este submarino fue diseñado en 1994 para ser el Titanic sin iceberg de las profundidades, tenía un tamaño de 155 metros de largo y cuatro pisos de alto; doble casco, o multicasco.
El casco externo era de acero al cromo níquel, de ocho milímetros y medio de espesor que lo hacía resistente a la corrosión.
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El Kursk fue considerado uno de los submarinos más avanzados y poderosos de la Flota del Norte rusa.
El 12 de agosto de 2000, mientras realizaba ejercicios de entrenamiento en el Mar de Barents, el submarino experimentó una serie de explosiones catastróficas que provocaron su hundimiento y la muerte de todos sus tripulantes.
Todo sucedió durante una maniobra de torpedos, uno de ellos estalló de manera inesperada, desencadenando una reacción en cadena de explosiones.
Motivo por el cual el submarino sufrió daños significativos en su casco y compartimentos internos, lo que llevó al hundimiento del submarino en cuestión de minutos.
Un renuente rescate
A pesar de los esfuerzos desesperados de la tripulación por sobrevivir, el accidente resultó fatal para todos los marineros a bordo.
Las autoridades rusas se enfrentaron a una situación difícil al tratar de responder al desastre. La falta de transparencia inicial y la renuencia a aceptar la ayuda internacional generaron críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Finalmente, después de varios días, un equipo internacional de rescate logró acceder al submarino, pero lamentablemente todos los tripulantes ya habían muerto.
¿Qué causó la tragedia del Kursk?
Las investigaciones posteriores revelaron que las explosiones fueron causadas por el deterioro de un torpedo que había estado almacenado en el submarino durante mucho tiempo.
Se descubrió que el propulsor sólido del torpedo, que contenía peróxido de hidrógeno altamente inestable, se había degradado, provocando un aumento de presión y posterior explosión.
La tragedia conmocionó a Rusia y al mundo entero. Fue un recordatorio impactante de los peligros y riesgos asociados con las operaciones navales y la tecnología militar avanzada.
Hoy en día, la tragedia del Kursk sigue siendo un doloroso recuerdo de la valentía de los marineros rusos y una advertencia sobre la importancia de la seguridad en las operaciones navales.
Esta es la historia del submarino que explotó por transportar armas nucleares, ¿la conocías?