Todo apunta que la compañía OceanGate Expeditions hizo caso omiso a las alertas de diversos líderes de la industria de sumergibles sobre una posible catástrofe si continuaba haciendo expediciones para que las personas pudieran ver los restos del transatlántico “Titanic”.
Lo anterior fue revelado por The New York Times, quien tuvo acceso a una carta que data de 2018, firmada por más de 30 especialistas de la Sociedad de Tecnología Marina y dirigida hacia Stockton Rush, director ejecutivo y fundador de OceanGate.
En dicho documento expresaron su preocupación, ya que la compañía no estaba realizando evaluaciones de riesgos con expertos externos.
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¿OceanGate tuvo la culpa?
En la misiva se revelan aspectos bastante preocupantes, debido a que también se aseguró que los viajes que realiza la compañía es “engañosa para el público” e incumple con el código de conducta profesional.
"Nuestro temor es que el actual enfoque experimental adoptado por OceanGate podría dar lugar a resultados negativos (de menores a catastróficos) que tendrían graves consecuencias para todo el sector", dice una parte de la carta.
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Ahora con el despliegue de equipos de rescate por parte de la Guardia Costera que detectaron ruidos justo en la zona donde se perdió contacto con el sumergible “Titán”, las autoridades siguen trabajando para poder rescatar a los 5 pasajeros VIP que iban a bordo.
La búsqueda de Titán continúa
"No sabemos la fuente de ese ruido, pero hemos compartido esa información con los expertos de la Marina", que están intentando "ubicar la fuente de esos ruidos", detalló el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger.
El contralmirante afirmó que "mientras haya una oportunidad de supervivencia" se continuará trabajando para tratar de localizar el sumergible, perteneciente a la empresa OceanGate Expeditions, que reportó el pasado domingo su desaparición a las autoridades.