En 1986 una catástrofe en la central nuclear de Chernóbil en Ucrania provocó una contaminación radioactiva que afectó a los seres humanos de aquella época, obligándolos a abandonar sus hogares ¿pero qué ocurrió con los perros de Chernóbil?.
Tras conocer la magnitud del accidente, las autoridades de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ordenó a sus soldados regresar a la zona del accidente y sacrificar a todos los animales abandonados por temor a que progararan la radioactividad.
URSS no erradicó a todos los perros
Pese a todos los esfuerzos, las autoridades no lograron sacrificar a todos los animales, y mucho menos a los perros de Chernóbil, quienes supieron adaptarse al entorno y hoy sus descendientes deambulan por los alrededores de la planta.
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Por lo anterior, investigadores estudiaron la genética de los perros de gran tamaño afectados por la radioactividad y encontraron que el ADN de los perros salvajes descendientes de aquellos que habitaban la zona en el momento del accidente son distintos a los perros de ahora.
La revista Science Advances publicó que un estudio científico comprobó lo anterior luego de realizar la estructura genética de 302 perros representantes de tres poblaciones en libertad que viven dentro de la zona de exclusión, que se extiende 2 mil 600 kilómetros a la redonda del lugar de la tragedia.
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Perros genéticamente distintos
La publicación del 3 de marzo pasado revela que estos perros dan la esperanza de que enseñen a los seres humanos cómo vivir en los ambientes más hostiles y degradados.
Pues según los expertos, se hicieron muestras se recogieron en perros que vivían en la ciudad de Chernóbil (a 15 km) y en Slavutych (a 45 km).
Ahí identificaron 15 estructuras familiares complejas exclusivas de la población de Chernóbil en comparación con otros perros de todo el mundo.
¿Qué ocurrió en Chernóbil?
El 26 de abril de 1986, una explosión e incendio en la planta nuclear ucraniana de Chernóbil lanzó polvo radiactivo a la atmósfera. Treinta trabajadores murieron como secuela inmediata y se calculó que la mortalidad a largo plazo causada por el envenenamiento aumentaría y las secuelas en humanos y animales.
El hombre escapó del lugar, mientras que los perros que sobrevivieron se adaptaron: “los perros de Chernóbil tiene un gran potencial para fundamentar estudios de gestión de recursos medioambientales en una población resurgente”, sentenció el estudio de los perros, que podrían ser una nueva raza.